Más de mil personas animan cada
día y cada noche este gran centro que desde la ciudad de Bolonia dialoga con el
mundo entero. Pero para contar la historia y la visión de CAAB —moderna
plataforma de logística comercial, pero también centro de servicios avanzados
para el sector agroalimentario— deben participar las empresas de producción,
los socios internacionales y los ciudadanos activos e informados. Porque hacer
empresa es un reto que concierne a todos, sin excluir a nadie. Para FARE
INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Marco Marcatili, presidente de CAAB y
a Alessandro Bonfiglioli, director general de CAAB
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
Hay
empresas que no paran nunca y que viven mañana y noche, de forma continua, en
una sucesión de historias sin fin. Empresas que tienen las raíces fuertemente
ancladas al territorio, pero que después se conectan con todos los rincones del
mundo. Empresas que apuestan por la sostenibilidad, la digitalización y la
capacidad de formar equipo, incluso con diferentes equipos. Todo ello se
encuentra en CAAB, acrónimo de Centro Agro Alimentare di Bologna (en español,
Centro Agroalimentario de Bolonia). Se trata de una estructura logística y
comercial creada y gestionada bajo el signo de la innovación. Dentro de CAAB se
encuentra el mercado hortofrutícola —uno de los mayores centros de distribución
de Italia—, así como almacenes para productos refrigerados y ultracongelados,
plataformas logísticas cubiertas, oficinas e instalaciones de apoyo. Una ciudad
dentro de la ciudad, despierta las veinticuatro horas del día. Una historia
entre las historias, precisamente.
«CAAB
hoy ya es un lugar de conexión entre la agricultura, el comercio, la logística
y la producción de energía. La complejidad se genera en este conjunto. Nuestra
fuerza está en la capacidad de gestionar activos complejos, coordinar y
promover sinergias entre las diferencias, generar valor y distribuirlo en
varias direcciones. CAAB es un ecosistema porque está basado en prácticas de
gran colaboración e invoca a muchos participantes», explica Marco Marcatili,
presidente de CAAB.
CAAB
no solo se presenta como una moderna plataforma de logística comercial, sino
también como un centro de servicios avanzados para el sector agroalimentario. «Por la
posición estratégica, por la funcionalidad de las instalaciones, por la
presencia de importantes realidades empresariales, así como por el alto nivel
cualitativo de los servicios de mercado y de los productos comercializados,
CAAB representa uno de los puntos de referencia principales de Italia y Europa
entre los circuitos de distribución del sector agroalimentario», afirma
Alessandro Bonfiglioli, director general de CAAB.
La historia. Los números hablan de un
ecosistema conectado: hoy CAAB ocupa 54 000 metros cuadrados de superficie
cubierta con hasta 20 000 metros cuadrados de áreas refrigeradas. En su
interior operan cada día alrededor de un millar de empleados con 15 empresas
mayoristas, un consorcio cooperativo formado por 135 empresas agrícolas, 50
empresas que comercializan de forma directa y dos organizaciones de
productores. Aquí se mueven cada año 240 000 toneladas de fruta y verdura
de 200 especies distintas. También hay una zona dedicada a los productos de la
pesca, seis operadores de jardinería, seis instalaciones de logística y portes,
2000 clientes distribuidos en 80 países extranjeros como proveedores de
productos y más de 100 000 análisis químicos llevados a cabo cada año en
el ámbito del plan de supervisión higiénico-sanitario. El valor de la
producción generada ronda los 350 millones de
euros al año. Conectar personas y lugares. En el fondo, esta es la ambición de
CAAB. Hasta un 81 % de los productos que pasan por aquí provienen del
territorio y, por tanto, del trabajo de los agricultores locales.
«La
relación con el territorio es fundamental para nosotros —especifica Marcatili—
y pretendemos fortalecer nuestra presencia en Bolonia, tanto a nivel
metropolitano, reduciendo las distancias e implicando al territorio en toda su
extensión, como a nivel municipal. Nos gustaría que CAAB se perciba cada vez
más como un lugar identitario de la ciudad. Imaginamos una operación cultural
que llegue a la gente».
CAAB
trabaja en numerosos proyectos para la agricultura local, pero, sobre todo, en
sistemas de distribución sostenibles para la creación de una ciudad
inteligente. «De
esta forma, nacerá la primera comunidad energética italiana basada en sistemas
de distribución alimentaria sostenible», precisa Bonfiglioli. Se ha creado una
ciudadela de los servicios alimentarios, entre otros. Algo único en Italia y en
el mundo. «Es
cierto que hay centros mayoristas más grandes que el nuestro, como en París,
pero también en Roma y Milán. Pero nuestra idea es un ecosistema
interrelacionados con componentes científicos y técnicos y análisis
microbacteriológicos. El futuro está formado por un amplio ecosistema glocal
con un diálogo que llega al consumidor final», cuenta Bonfiglioli.
«Y es
justo con los ciudadanos y los consumidores con quienes deseamos reforzar el
diálogo, para promover un producto de CAAB “bueno y adecuado”, seguro y
transparente»,
continúa el presidente Marcatili, que se detiene después en la planificación
relacionada con el área de las competencias y de la formación. «La eficiencia
de CAAB no solo reside en sus infraestructuras duras. Creemos mucho en el
capital inmaterial, humano, radicado en el conocimiento profundo del sector.
CAAB es un lugar de conocimientos avanzados, un observatorio privilegiado del
mundo agroalimentario y pondremos en marcha un proyecto para “alimentar las
competencias”. Hoy se pueden valorar dichas dimensiones en el mercado, que cada
vez exige más que se compartan los conocimientos y experiencias de valor».
Entretanto,
la nueva área se compone de una única gran galería con una longitud de más de 400 metros, dotada de una plataforma
centralizada externa con la capacidad de carga y descarga contemporánea de 30
vehículos pesados.
Pensar a lo grande y juntos.
Hoy,
CAAB es potencialmente autosuficiente en términos de energía gracias a su
sistema de tejado solar, que es el más grande de Europa: gracias al sistema de
acumulación, la instalación satisface casi el 80 % del consumo anual. «Fuimos
pioneros con la primera fase conectada ya en 2012. La última cubrirá plazas de
aparcamiento con techos fotovoltáicos y elevará la potencia total a más de 20
megavatios. Además, estamos realizando un sistema de cogeneración y biogás para
producir energía en las franjas nocturnas», continúa Bonfiglioli.
Durante
los últimos años, CAAB ha participado en el proyecto GECO, Green Energy
Community, que busca reducir las distancias entre la producción y el consumo,
implicando a los habitantes, las actividades comerciales y las empresas del
territorio para aumentar la generación y el autoconsumo de las energías
renovables en las áreas de Pilastro y Roveri, dentro de las cuales se encuentra
también el Centro Agroalimentare di Bologna. Gracias a este proyecto, CAAB
pretende crear una comunidad energética con los operadores del mercado,
ampliando el parque fotovoltaico actual y compartiendo energía con las
empresas.
«La identidad de CAAB está evolucionando rápidamente, cambia con los
tiempos y el contexto. En estas semanas nos hemos adjudicado un proyecto PNRR
de 10 millones de euros que en los próximos años hará que CAAB evolucione
aún más y sea más atractivo. Trabajaremos para guiar la evolución manteniendo
los valores fundamentales: la calidad del producto, la eficiencia de los servicios,
la importancia del trabajo humano, la atención por la sostenibilidad
medioambiental y la reducción de los residuos. Y desde esta perspectiva
queremos crear, dialogando con las instituciones y con los participantes del
sistema territorial, un protocolo de sitio que trace una dirección clara para
los próximos años», concluye Marcatili. Hoy, pensar a lo grande significa hacerlo
de modo sostenible. Para diseñar juntos un futuro mejor.
https://podcast.confindustriaemilia.it/
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