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FARE INSIEME - Ep. 120 - TeaPak y la receta ganadora que une pasión y competencias

«Así es como nos hemos convertido en la capital mundial del té y las tisanas»

27/03/2023

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Esta es la historia de un reto ganado sobre el terreno: restaurar dos viejas máquinas de confección de sobres de té. Así es como nació TeaPak. Arraigo en Ímola y capacidad de exportar por doquier en el mundo. Gracias a su planta de producción, completamente renovada con una inversión de 25 millones de euros en 2020, consigue introducir en el mercado casi mil millones de sobres de tisanas —una media de 27 por segundo— destinados a los mercados europeos, africanos y asiáticos. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Andrea Costa, fundador y director gerente de TeaPak

de Giampaolo Colletti
@gpcolletti

Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero

¿Y ahora qué hacemos? El joven Andrea Costa, por entonces un veinteañero, abre los ojos de par en par al contemplar lo que le acaba de traer su padre Pio bajo casa. Se trata de dos viejas Ima modelo C21, casi listas para el desguace. El papá decide retar a su hijo, quien acaba de terminar su formación como técnico en el instituto Alberghetti de Ímola. Un reto que parece una hazaña titánica: desmontar y volver a montar por entero aquellas dos máquinas que son una joya de la mecánica, pero demasiado destartaladas como para lograr que vuelvan a funcionar perfectamente. Se trata de dos máquinas de confección de sobres de té de la mítica marca Ima, de Ozzano dell’Emilia. Corría el verano de 1991 y ambos, padre e hijo, en aquel momento ignoraban que estaban a punto de fundar una empresa de gran éxito. En el fondo, la creación de la empresa y el arranque de la carrera profesional de Andrea coincidieron con las ganas de poner en práctica enseguida lo aprendido durante los años de formación en el instituto técnico. Claramente, entusiasmo no les falta y, como ocurre a menudo, eso es lo que compensa la falta de medios. Junto a su padre, Andrea volvió a poner en funcionamiento las máquinas. Pero hizo algo más: las hizo evolucionar. Y es que no basta con trabajar bien, hay que hacerlo a la perfección. 

Inicios y desarrollo de la empresa. Un reto, decíamos, pero también un juego. Así es como nació TeaPak. Todo empezó en un garaje, el icono de empresa emergente del imaginario estadounidense. Pero aquí estamos en Emilia-Romaña, y la pequeña empresa de un solo empleado ya en su primer año llegó a producir 25 millones de sobres. Cifras de récord. «Desde el primer momento, nuestra visión ha sido inspirar y servir al prójimo en el mundo, algo que hacemos, antes y ahora, cuidando de quienes trabajan con nosotros, con la sostenibilidad de nuestros procesos y de nuestro negocio y con el apoyo a la comunidad en la que operamos», afirma Andrea Costa, fundador y director gerente de TeaPak. Al principio TeaPak, que hoy cuenta con 103 empleadas y empleados, operaba como colaborador de envasado para marcas italianas e internacionales. Pero su ambición era tan grande como sus ganas de remangarse, y fue así que, tras un creciendo de oportunidades, en los años 90 llegó Yogi Tea, la multinacional estadounidense con sedes en Oregon, Holanda y Alemania. Andrea optó por una alianza estratégica basada en objetivos comunes, en la filosofía de vida y en una visión que conjugaba el crecimiento de la empresa y la difusión del bienestar, todos ellos elementos fundacionales también de la filosofía de Yogi Tea. Sea como fuere, aquella alianza iba a ser tan exitosa que en 2011 cambiaría para siempre la imagen de la empresa. Durante una de las crisis más fuertes de la economía global, en la que se decía que había que deslocalizar lo procesos de producción a áreas en las que el coste de la mano de obra era bastante más bajo que en Italia, Andrea convenció a la cúpula de la multinacional de que la calidad, el espíritu de entrega y la competencia del equipo italiano merecían confianza y respeto. Y la posibilidad de crecer. Al final se acabó tomando una decisión clamorosa: trasladar también a Ímola la parte de producción que, por razonas históricas, aún residía en Alemania, haciendo de Ímola la única planta de producción de Yogi Tea en Europa. Y ese fue el giro decisivo. Pero también dio pruebas de que el mercado reconocía enseguida el valor de la italianidad en las tisanas que orgullosamente se producían en Ímola, con un crecimiento de +28 % en el volumen de negocio. «Una decisión tomada totalmente contracorriente transformó, pues, nuestra pequeña empresa en una gran empresa», precisa Costa. 

La planta de alta tecnología. Luego, en 2020, otra decisión a primera vista alocada: apostar, en plena pandemia, por la apertura de una nueva planta de producción, construida en colaboración con Cefla. «TeaPak deja de ser una simple empresa de producción para convertirse en el centro neurálgico de un compañía de alcance internacional cuya visión es vivir y trabajar juntos para inspirar al resto del mundo», dice Costa. Ese arraigo en Ímola ha requerido una inversión de más de 25 millones de euros para la planta de producción, totalmente construida con materiales locales y proveedores italianos. En la actualidad, a nivel de producción consigue introducir en el mercado 500 tipos distintos de infusiones y casi mil millones de sobres de tisanas —una media de 27 por segundo— destinados a los mercados europeos, africanos y asiáticos, con lo que llega a superar los 20 millones de euros de volumen de negocio. Se crece y se invierte. TeaPak adquiere materiales para la confección de proveedores italianos y locales por un valor de 7 millones de euros, registra un coste de mano de obra directa de 4,5 millones de euros y posee maquinaria y tecnología de vanguardia por una cifra de 16 millones de euros. Un equilibrio ganador entre capital humano y tecnología. «El éxito de una empresa es mucho más satisfactorio cuando se logra a través del bienestar de quienes forman parte de ella, de ahí la articulada organización de actividades y servicios que hemos estructurado para asegurarnos de que nuestras empleadas y empleados sean más conscientes de su papel en la empresa, haciendo un seguimiento de la calidad de su vida laboral y nivel de participación. Porque las personas son el factor decisivo», dice Costa. Este es el origen del sistema de bienestar corporativo de la empresa, que abarca ayudas económicas, apoyo social, promoción del bienestar en la empresa, facilitación de la conciliación entre vida privada y laboral, difusión de la formación y de la cultura o la puesta en común de prácticas ecológicas. Así es como, por tercer año consecutivo, ha obtenido el reconocimiento Welfare Champion, el grado más alto en el marco de la certificación Welfare Index PMI, creada por Generali Italia. TeaPak trabaja con unos altísimos estándares de calidad aplicados a todos los procesos de empresa, utilizando más de 150 materias primas e ingredientes, que se gestionan en el almacén para dar vida a más de 500 tisanas distintas. A día de hoy, el 90 % del material de embalaje se adquiere localmente en un radio de 300 kilómetros. Y hablando de producción: el 80 % del proceso es automatizado, con trece máquinas Ima High Tech y aplicaciones relacionadas con la industria 4.0 y cuya eficiencia productiva es del 88 %. Tradición y contemporaneidad. «Un sobre de infusión es la cosa más tradicional que uno pueda imaginarse. Y sin embargo, cuánta innovación hay detrás, cuánto han evolucionado los procesos de producción y cuánto hemos invertido en producciones cada vez más sostenibles y materiales de bajo impacto para el medioambiente», concluye Costa, que llevado la empresa a convertirse, en 2022, en corporación benéfica. Un nuevo modo de hacer empresa y, en el fondo, de ser comunidad. 

https://podcast.confindustriaemilia.it/

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