En el corazón del llamado «valle de los motores» de Módena, una empresa arranca. Bieffe Project cuenta con más de sesenta profesionales altamente cualificados y una presencia femenina destacada. En la actualidad, los clientes encargan a este joya emiliana todas las fases de diseño y validación del vehículo. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Franco Bonavigo, gerente y administrador único de Bieffe Project
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Hay empresas con un fuerte latido de corazón. La que estamos a punto de descubrir, por latido tiene el rugido de un motor, y detrás de ese sonido interminable, habitual en el «valle de los motores» de Módena, lo que hay es mucho estudio, mucha labor de investigación, mucho trabajo en equipo. Esta es la historia de Bieffe Project, una sociedad de ingeniería avanzada con más de veinte años de experiencia. Todo empezó en 2002, en Módena, operando como sociedad de servicios de diseño mecánico y asesoramiento en ingeniería para el sector de la automoción y manufacturero. La intuición la tuvo Franco Bonavigo, gerente y administrador único, desde siempre un enamorado de ese rugido de motor. Bonavigo, pues, con una gran experiencia a sus espaldas en el diseño de automóviles de elevadas prestaciones, creó una empresa tecnológica y llegó a convertirse en proveedor certificado de las casas automovilísticas más importantes del mundo. Dicho y hecho. Pero cuántos obstáculos a lo largo del camino. Y cuántas metas a alcanzar. En la actualidad, Bieffe Project logra cubrir todas las fases del proyecto, desde el estilo hasta la validación virtual, pasando por toda la ingeniería de producto y de proceso hasta llegar a la producción. Empezó ocupándose del diseño a nivel general y con el tiempo fue especializándose en la elaboración del chasis y el bastidor. Luego, al departamento de diseño se han sumado los talleres de tecnología y cálculos estructurales. Al principio se trabajaba con chasis de aluminio, luego de acero y por último con bastidores y chasis híbridos y fibras de carbono, llegando a combinar, al final, todos estos elementos. Pero hay más. La empresa, en 2016, añadió al taller de carrocería un taller de prototipado con fresadoras e impresoras 3D.
Con los años, va teniendo por clientes directos a firmas de excelencia a nivel internacional: Ferrari, Maserati, Stellantis, Bugatti-Rimac, AstonMartin, Vwgroup, Lamborghini, Magna, Segula.
Una labor de investigación continua. En la actualidad, esta empresa modenesa dispone de dos sedes. Están las oficinas centrales en la calle Emilia Ovest y luego un taller de producción y prototipado rápido con impresoras 3D de plástico y resina, máquinas de control numérico y escáneres de alta definición. Bieffe cuenta con más de sesenta profesionales altamente cualificados —de ellos, a día de hoy, 40 son ingenieros e ingenieras que se ocupan de todo lo relacionado con el diseño del vehículo— con una presencia femenina del 21 %, un porcentaje de dos cifras que constituye un dato sobresaliente para una empresa que se dedica a la ingeniería. «En el marco de nuestra labor de investigación y desarrollo, hemos creado desde cero la división Befoolish3D. Se trata de un innovador laboratorio en constante expansión en el que alta tecnología y competencia van de la mano. Aquí se llevan a cabo físicamente los proyectos, empleando técnicas de diseño para fabricación aditiva y tecnología de industria 4.0», afirma Bonavigo. Befoolish3D dispone de modernas impresoras 3D, escáneres de última generación y fresadoras de precisión ideales para el prototipado de pequeños lotes de piezas. Con la mirada en el futuro, corriendo sin descanso, pero con ese conocimiento de causa que marca la diferencia: en los últimos años, el Departamento de I+D ha depositado nada menos que cinco patentes en el campo de la nueva movilidad, el sector biomédico y las impresoras 3D.
La centralidad de las personas. Formarse para crecer. La empresa toma parte en proyectos de investigación internacionales y colabora con las facultades de ingeniería más prestigiosas de Italia y Europa. «Nuestro negocio principal es toda la parte relativa al diseño pero, con perspectivas de un plan de desarrollo continuo y global, aspiramos a lanzar un prototipo que pueda ponerse en marcha alimentado por hidrógeno. Con nuestros proveedores externos, controlamos las homologaciones, para asegurarnos de que se cumplan todos los requisitos que estas imponen para los automóviles. Una vez que el vehículo entra en producción, nosotros seguimos trabajando para reducir los costes», precisa Bonavigo.Primero las personas, luego la tecnología. «Lo decisivo es sin duda el equipo, porque son las personas quienes hacen a la empresa. En cada nuevo sector, hemos tenido que echar mano de ingenieras e ingenieros expertos que, a su vez, han formado a los jóvenes que luego han crecido profesionalmente con nosotros. Han hecho falta veinte años para llegar a formar un equipo a este nivel. En la actualidad, en Bieffe hay figuras de excelencia, reconocidas por técnicos de nivel internacional. Pero no solo eso: tenemos las competencias necesarias para llevar a cabo vehículos de bajos a altos volúmenes de producción, desde automóviles de pista hasta versiones especiales e irrepetibles. Además, dada la experiencia de algunas personas de nuestro equipo, los clientes nos solicitan cada vez más que gestionemos otros aspectos más allá del diseño, esto es, la selección del personal responsable de gestionar los tiempos y plazos del proyecto y la organización de todo el trabajo» recuerda Bonavigo. Antes de emprender un largo viaje y ponerse a hacer kilómetros, hay que permanecer a la escucha, y también estudiar, experimentar, hacer.
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