En San Pietro
in Casale, localidad de poco más de doce mil habitantes de la región de
Bolonia, nació hace exactamente cincuenta años una empresa que reescribe las
reglas del juego en la ciencia del vacío. Porque DVP Vacuum Technology produce
bombas en seco y lubricadas. E incluso accesorios y recambios. Para FARE
INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Roberto Zucchini, presidente y
director ejecutivo de DVP Vacuum Technology
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
Así son las ideas que tienen éxito. Llegan cuando menos te lo esperas y
marcan la diferencia. Las ideas ganadoras nunca piden permiso y permiten
innovar no solo una empresa, sino un sector entero. Y algo más. Una comunidad.
Al fin y al cabo, esta es la historia de las bombas y los compresores de DVP. La
historia de una tecnología que ayuda a los procesos de producción. Los hace
seguros, eficaces e innovadores. Desde San Pietro in Casale, localidad de poco
más de doce mil habitantes de la región de Bolonia, un equipo de expertos lleva
más de cincuenta años cultivando «la ciencia del vacío». De hecho, diseña desde
cero bombas en seco y lubricadas. E incluso accesorios y recambios. Las
aplicaciones de DVP Vacuum Technology son de lo más variadas: empaquetado,
embotellado, aspiración, compresión, elevación, manipulación, oxigenación,
desecado. Estas aplicaciones abarcan desde la industria hasta la
experimentación científica. Se trata de productos creados a medida, a partir de
las solicitudes específicas elaboradas por DVP LAB, el laboratorio de
Investigación e Innovación de DVP que trabaja para garantizar las mejores
prestaciones. «En el resto
del mundo las estructuras son más complejas, mientras que nosotros somos
capaces de competir y de alcanzar muchos de los retos globales porque somos más
flexibles y ágiles. También porque cuanto más grande y articulada sea la
estructura, más se avanza con complejidad. El contexto marca la diferencia y
siempre ha sido fácil encontrar cualquier componente mecánico en las
proximidades», afirma
Roberto Zucchini, presidente y director ejecutivo de DVP Vacuum Technology.
La historia. Todo nace en aquel 1973 que
marcaría la historia no solo de una empresa, sino de mucho más. ¿La intuición
inicial? Genial. Suministrar productos difíciles de obtener a la industria
local a un coste competitivo. Facil es decir, lo dificil es hacer. Sin embargo,
se consiguió. En aquella época, Mario Zucchini identificó una necesidad tácita
y fue capaz de interpretar el producto desde una nueva óptica. Una innovación
basada en soluciones compactas, flexibilidad de suministro y adaptación a las
necesidades del cliente. «Todo parte de una sólida competencia, pero también de la dedicación y
pasión. Emilia-Romaña proporcionó un
valioso terreno en el que establecer la empresa, puesto que los conocimientos
mecánicos ofrecían la experiencia y la disponibilidad de componentes para la
construcción de las bombas para vacío», cuenta Zucchini. Del pasado al presente.
Las aplicaciones más comunes son las alimentarias, destinadas a mejorar la
conservación de los alimentos, seguidas de las médicas, cosméticas y
hospitalarias. También están aplicaciones ligadas al mundo CNC (control
numérico computarizado) como, por ejemplo, máquinas para el procesamiento de la
madera, el vidrio y el mármol. Y después están aplicaciones más particulares
como, por ejemplo, compactar la basura doméstica, esterilizar verdura sin
productos químicos o efectuar análisis de sangre. «El ADN de la empresa está hecho de competencia
en el mercado, de escuchar constantemente al cliente, de identificación de
soluciones específicas. Los motores de nuestra innovación se basan en los
materiales, procesos industriales y de gestión. No solo tecnologías, sino
también, y sobre todo, el capital humano», precisa Zucchini. Hoy, la inversión en
investigación alcanza el 5 % del volumen de negocio total y esto permite
que DVP figure en la lista de pymes innovadoras. Los servicios facilitados son de asesoramiento
tanto en la fase de diseño o co-diseño del producto como en la de suministro. «A menudo, los clientes son
constructores de máquinas complejas que incorporan la bomba en su máquina.
También servimos a revendedores de valor añadido (VAR) y grandes usuarios
finales que han adquirido productos complejos que cuentan con bombas que
necesitan mantenimiento», dice Zucchini.
Máquinas y personas. Un equilibrio entre capital humano y tecnología. «Porque la tecnología
ayuda a alcanzar un desempeño constante y evita el trabajo repetitivo. Por lo
tanto, no entra en competencia, pero se convierte en un instrumento en manos de
los operadores. Tradicionalmente somos propensos a adaptarnos a las nuevas
condiciones no dando nada por sentado y para el futuro nos proponemos cada vez
más como una buena alternativa a los grandes competidores internacionales,
ofreciendo condiciones competitivas. Los productos cada vez estarán más
adaptados a las necesidades del mercado. DVP será cada vez más reconocida como
una excelencia en el sector a nivel mundial», dice Zucchini. También se presta la
máxima atención al medioambiente: cada persona y cada función de la empresa
persigue los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU y del nuevo pacto verde
según los criterios del gobierno ambiental, social y corporativo.
«Puesto
que estamos habituados a respaldar nuestras promesas con hechos, entre los
compromisos que hemos asumido está el de reducir las emisiones de CO2 un
5 % en los próximos cinco años. Lo conseguiremos», concluye Zucchini.
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