En
el corazón del Renacimiento italiano, en esa cuna declarada Patrimonio de la
Humanidad por la Unesco, nació en 1973 una empresa artesana de excelencia. Todo
empezó en un pequeño taller de artesanía que con el tiempo ha ido ganando el
interés de los mercados internacionales. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti
entrevista a la empresaria Annalisa Felloni, gerente de Felisi
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
“Puedes contar cuántas
semillas hay en una manzana, pero no cuántas manzanas hay en una semilla”. Qué
mensaje maravilloso. Y es que este antiguo proverbio inglés cuenta a la
perfección lo que significa creer en una idea. Y levantar, ladrillo a ladrillo,
una empresa que llegue a ser escalable. Pues una semilla de manzana nunca
contiene una única manzana, sino que puede albergar muchas otras. En el fondo,
la manzana siempre ha sido un icono y recuerda la excelencia, la genialidad, el
estudio y, por último, la preparación. Nos recuerda a Steve Jobs y su Apple.
Pero también a Newton, con esa historia que se ha vuelto leyenda en la que se
narra cómo el científico, sentado bajo un árbol meditando y tras recibir el
golpe de una manzana, llegase a suponer la existencia de una fuerza invisible
que nos atrae hacia el centro de la Tierra. La manzana, decíamos antes. Como
las manzanas de oro que aparecen en el escudo de la familia nobiliaria de
Ferrara, el del árbol frondoso, símbolo de la fertilidad del territorio. Ese
mismo árbol, parte integrante del escudo, es también símbolo de futuro, de
esperanza. «Forma
parte de la historia de nuestra marca y nosotros hacemos todo lo posible cada
día por no olvidarla», afirma la empresaria Annalisa Felloni, gerente de Felisi.
Nos hallamos en esa perla rara que es la ciudad de Ferrara, pieza clave del
Renacimiento italiano y Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.
Dentro y fuera de las murallas de la ciudad, la artesanía lleva siglos
desempeñando un papel central y tejiendo relaciones. Justo aquí es donde se
creó, en el lejano 1973, esta empresa. En una tierra donde los peleteros no
abundan, Felisi ha dado vida a una nueva forma de concebir los trabajos del
cuero. Hoy estamos ante una marca histórica del made in Italy que diseña y
produce con un estilo original colecciones únicas. Todo empezó con una pequeña
producción de cinturones con una característica significativa, que se ha vuelto
un rasgo distintivo: las costuras de talabartería. «La intuición
en sí nos llegó cuando empezamos a producir un bolso que pudiera contener el
muestrario de cinturones, pero en la creación de ese bolso, que se llama
"P", empleamos también el color», recuerda
Felloni.
Retrato de la empresa. Nada se deja al azar.
El cinturón se trabaja como los arneses de caballería y con un cuero
especialmente consistente. Antes de que Felloni empezara a ganar interés y
volumen de negocio, los cinturones de hombre eran los clásicos acolchados y,
por lo tanto, poco distintivos. Pero ahí está la fuerza de una marca artesana:
en distinguirse. «Empezamos con el cuero y con las hebillas de
latón auténtico. Trabajamos la piel de vaqueta para las asas y los detalles y
el canvas de colores. Hoy igual que ayer, nuestra prioridad es no perder
identidad y garantizar al cliente un producto excelente. Utilizamos, pues,
pieles unidas al canvas o al nailon en una amplia variedad de colores y
combinaciones», precisa Felloni. Un pasado glorioso y un
futuro aún por escribir. Y cuidado con estancarse, pues para una marca
arraigada en el territorio pero abierta al mundo entero, la ambición es
experimentar productos y diseñar soluciones innovadoras. «Nos hemos replanteado el concepto de tiempo libre, de viaje, de
hogar y también del mundo de nuestros amigos peludos. Para nosotros, elegir
Felisi es una filosofía de vida», dice Felloni.
Italia
llamando al mundo. Del
territorio al mundo entero, ida y vuelta, ya que, aunque es verdad que Felisi
empezó siendo un pequeño taller de artesanía, hoy sus creaciones se venden en
los Estados Unidos, en Asia y especialmente en Japón. Así es como se llega a
ser glocal, es decir, locales por
nacimiento e identidad e internacionales por vocación. «Para
lograrlo hemos apostado por nuestra capacidad de observar el mundo que nos
rodea, pero sobre todo por la fuerza de no abandonar nunca nuestros valores.
Los clientes son el mejor testimonio de nuestro ADN, junto con el producto que
llevan puesto, y cuentan nuestra historia cuando lucen nuestras creaciones,
cuyo uso cambia también con el tiempo», cuenta Felloni. Para
esta empresaria de Ferrara, la pieza clave de la innovación es la labor
continua de investigación, que parte de la observación. «Abarcamos
un sinfín de mercancías, por supuesto todo lo relacionado con la peletería,
pero también el mundo de la ropa de hogar, con Felisi Home, y también está
Felisi Dogs. Nuestros productos tienen en común la calidad, la pasión, la
investigación. Nuestro mercado de referencia ama los productos imperecederos.
Aspiramos a convertirnos en parte integrante de la vida de nuestros clientes», dice Felloni. Materia prima, sin duda alguna, pero lo decisivo
al final es el capital humano, las personas que aman construir: algunas lo
hacen con el proyecto, otras con las manos, otras con su voz, otras escuchando.
¿Tres secretos sobre nosotros? Así responde Felloni: «Somos
grandes trabajadoras y trabajadores, nos sentimos siempre agradecidos por la
confianza que nos demuestran nuestros clientes, pero en el fondo nunca nos
damos por satisfechos». De ahí, pues, la pasión, la
tenacidad, la testarudez que empujan a querer seguir haciendo cada vez más
cosas. Tal vez es justamente esa la clave del éxito: no detenerse jamás, sin
parar de innovar.
https://podcast.confindustriaemilia.it/
Leer las otras entrevistas