En Módena, en 1975, un empresario visionario comenzó a trabajar en la expansión de la automatización de los ciclos de producción y decidió apostar por el mercado de la manipulación de mercancías. A partir de ese momento ya no pararía nunca. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Paolo Covezzi, director ejecutivo de TCM.
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
Hay historias que nacen en movimiento y nunca se paran. Porque ese movimiento es su propia razón de ser. La historia que estamos a punto de contar parte de una intuición genial que se transformó en empresa. Algo que con el paso del tiempo marca la diferencia. Corría el año 1975 cuando, en Módena, Gian Carlo Covezzi decidió que era el momento de moverse de verdad y previó algo que no está muy claro para los demás. Es decir, la expansión de la automatización de los ciclos productivos y el consiguiente crecimiento del mercado de la manipulación de mercancías. De esta manera, comenzó a diseñar y construir transportadores y sistemas de dosificación para inertes. A partir de ese momento ya no pararía nunca. Así nació TCM. La idea resultó ser un éxito. Cuatro años después, concretamente en 1979, Giancarlo Covezzi trasladó la empresa a Nonantola, localidad de quince mil habitantes a unos 10 kilómetros al nordeste de Módena, en la orilla derecha del río Panaro. Aquí nació la nueva planta. Y aquí aumentó la especialización en el diseño y la construcción de sistemas automáticos de manipulación interna de mercancías. Y el negocio creció. 1986 fue el año de la diversificación de la producción: TCM abandonó gradualmente la producción de transportadores para inertes para implementar el diseño y la construcción de sistemas automáticos de manipulación interna para los sectores de los tejidos, la alimentación y el embalaje. Desde 1999 a 2014, la captación de clientes multinacionales permitió ampliar el área de producción e incrementar los recursos humanos, invirtiendo en figuras especializadas. En aquellos años, concretamente en el 2000, tomó las riendas el hijo Paolo, que llevaba en la empresa desde 1990. Y llegaron las grandes inversiones en el ámbito de la reorganización de los procesos productivos inspirándose en la lean production, con la adquisición de nuevo software de gestión del ciclo productivo y bienes instrumentales. «Papá aún está en activo en la empresa y es la mejor garantía de fiabilidad y solidez de la propia empresa», precisa Paolo Covezzi, director ejecutivo de TCM, que se extiende sobre una superficie de nueve mil metros cuadrados y cuenta con 40 empleados que gestionan aproximadamente 200 proyectos al año para un volumen de negocio de nueve millones de euros.
Se ofrecen numerosos servicios. Sistemas automáticos de manipulación interna. Que se dice fácil. Porque se necesita tener competencia, precisión, estudio. Y sobre todo escucha. «Nuestra actividad consiste en el análisis de las necesidades del cliente y el posterior diseño, construcción y montaje de transportadores y máquinas automáticas, también con el proyecto y el diseño del cliente. También está la creación del sistema eléctrico y el software de gestión, la puesta en línea del sistema y el correspondiente cableado haciendo una prueba antes del envío al destino, gracias al área específica de la empresa. También está la instalación electromecánica especializada en el lugar de destino y la prueba final», precisa Covezzi. Transportadores de rodillos para el producto, transportadores de cinta o cadenas para el producto, transportadores de rodillos o cadenas para palés. Estas son algunas de las soluciones. «Aun teniendo las dimensiones, la organización y los estándares de calidad de nivel industrial, la dirección de la empresa aún se siente ligada a la artesanía histórica, convencida de que las personas son la riqueza más importante. Nuestra plantilla está formada por ingenieros y técnicos mecánicos con una alta profesionalidad y conocimiento del sector de la manipulación, así como competencias transversales», precisa Covezzi.
Retrato de los sistemas. Los sistemas automáticos de manipulación y transporte tienen muchas cosas en común entre sí en los diferentes sectores de producción: deben ser rápidos, precisos, eficientes y fáciles de mantener. Además deben ser fiables y entregarse en la fecha prevista. «Nuestra ventaja competitiva es la de personalizar cada sistema basándose en los elementos anteriormente mencionados, respetando los tiempos de entrega acordados. Todo ello es posible gracias al diseño por encargo desarrollado por nuestro departamento técnico compuesto por nueve personas y a la flexibilidad del ciclo de producción gestionado de forma interna», dice Covezzi. El éxito procede de la mezcla de artesanía e innovación y está garantizado por nuestro capital humano, la riqueza más importante. La fuerza de las personas. TCM se caracteriza por una baja rotación y figuras clave con un bagaje de experiencia importante, una memoria histórica basada en las que han sido las dinámicas empresariales, los desafíos de los proyectos, el crecimiento de los procesos y de los productos de la empresa. Ese es el saber experto que marca la diferencia.
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