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FARE INSIEME - Ep. 147 - Andreoli & C, esa fuerza en las manos de las personas unida a la potencia del metal

«Quello che conta è la mentalità aperta e la voglia di migliorarsi sempre, senza avere paura del futuro»

25/09/2023

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En el valle de los motores de la región de Emilia nace un coloso líder en la transformación de los metales: de los clásicos aceros al carbono a los inoxidables. Y luego están las aleaciones de aluminio, las de titanio, las de elevada resistencia. Sin olvidar una cosa: la tecnología cuenta, pero lo que marca la diferencia son las personas. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Ivan Andreoli, director ejecutivo de Andreoli

de Giampaolo Colletti
@gpcolletti

Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero

Algunos años cuentan más que otros. Años que hacen historia. Porque no todos los años son una sucesión de horas y de días. En algunos, esas horas y esos días valen mucho, pero que mucho más. Son años en los que la memoria individual de cada uno coincide al unísono con la colectiva. Uno de ellos es 1982. ¡Qué año! Muchas y muchos —quién sabe, casi cualquier persona— lo recuerdan por las hazañas deportivas de Italia en aquel campo de fútbol español que nos regaló el mundial. Además de la exultación sin igual del presidente Pertini. Sin embargo, aquel mismo año, mientras peleábamos por el título mundial, en el valle de los motores, hecho de pasión, sudor, competencias y excelencias, estaba a punto de nacer otra joya que acabaría permitiendo escribir nuevas páginas de futuro al automovilismo. La historia que estamos a punto de contar, pues, arranca justo en 1982, cuando dos hermanos —Dino y Luciano Andreoli, empleados del sector de la metalmecánica y con un futuro de empresarios por delante— fundan en Maranello la empresa Fratelli Andreoli. El objetivo: fabricar vehículos innovadores. La intuición surgió de la exigencia de sus clientes, los cuales venían pidiendo un medio de transporte que en el mercado todavía no existía: los furgones camper. Dino y Luciano empezaron, pues, a modificar furgones comerciales, transformándolos en función de las exigencias del comitente. Y no pasan inadvertidos. También porque sus vecinos de casa son bastante célebres y la profesionalidad demostrada desde el principio despierta el interés de los dos equipos locales de Fórmula 1. De manera que, si bien es verdad que Dino y Luciano comenzaron fabricando furgones camper, la nave industrial en la que trabajaban se hallaba en frente de la sede de Ferrari, y las dos historias acabaron cruzándose, permitiendo poner en marcha una serie de trabajos que en aquella época, en Italia, no hacía nadie. Una cosa llevó a la otra: dieron comienzo, pues, las primeras colaboraciones, convirtiendo a los dos hermanos en unos verdaderos especialistas en el tratamiento de las aleaciones de aluminio y de titanio. Desde 1982 hasta nuestros días. Una que visión se ha mantenido inquebrantable. Y ahí es donde se aprecia esa fuerza en las manos unida a la potencia en el metal, con la soldadura del aluminio, uno de los primeros talleres italianos en hacerlo por cuenta propia. Por aquel entonces un pequeño taller, pero grande como el mundo entero.

Personas y tecnología.
Andreoli & C cuenta hoy con tres plantas en Maranello y 56 empleadas y empleados entregados al trabajo, el cual va en un 90 % al mercado italiano y en un 10 % al extranjero. Sus clientes están ligados casi exclusivamente a los sectores de la automoción y el automovilismo, la carpintería metálica, el aeroespacial y las actividades relacionadas con la seguridad. Todo gira en torno al metalwork, es decir, la transformación de los metales. «En la práctica nos referimos a una amplia gama de procesos de producción. Esta actividad es fundamental en muchos sectores industriales. En nuestro caso concreto, la transformación del metal no es solo la transformación de materia prima en un pieza elaborada: cuando trabajamos una chapa o un tubo, nosotros pensamos en aquello a lo que se va a destinar el producto que hacemos, confiriéndole un alma a lo que vamos a transformar. Esto nos lleva a tener un cuidado especial en nuestro trabajo, pues no va a ser un soporte o un tubo, sino, por ejemplo, una pieza de un componente del mayor telescopio del mundo, o bien va a terminar en la estación espacial internacional o a participar en las competiciones de mayor nivel del automovilismo, o va a ser una pequeña pieza, aunque igual de fundamental, en un gran almacén automático», afirma Ivan Andreoli, el actual director ejecutivo, que empezó a trabajar en la empresa en 2000, asumiendo el timón en 2003. La tecnología en sí misma no es una peculiaridad destacable. «Lo que cuenta es tener una mentalidad abierta y ganas de mejorarse en todo momento, sin miedo al futuro. Así es como el atrevimiento, unido a la creatividad y a la competencia, se convierte en ese mezcla ganadora que hace que las cosas ocurran», precisa Andreoli. Y cosas han pasado muchas: con el tiempo, la empresa ha ido ampliando los tipos de transformación, ha ido introduciendo nuevas tecnologías de producción y forma a las personas de manera altamente especializada. «Estas competencias han evolucionado junto con las nuevas tecnologías, lo que ha permitido disponer de un personal extremadamente cualificado tanto en el uso del software de gestión de procesos como en maquinaria de producción o en el dominio de lo que se estaba haciendo», dice Andreoli.

Investigación y comunidad.
Por las venas de la empresa corre la pasión por el automovilismo, pero en el fondo lo que cuenta es el mejoramiento continuo, el detalle decisivo. «Trabajamos todo lo que se puede soldar: desde los clásicos aceros al carbono hasta los inoxidables, pero en lo que estamos especializados es en las aleaciones de aluminio, las aleaciones de titanio, las de elevada resistencia y aceros menos conocidos pero con los que se fabrican todos los nuevos automóviles. Es precisamente nuestra labor de investigación y la de nuestros socios, clientes y proveedores, la que nos ha llevado a trabajar materiales de rendimiento cada vez mayor que no existían hace cuarenta años», dice Andreoli. Mientras tanto, el 10 % del volumen de negocio es invertido en las actividades de I+D. Todo ello supone afinar los procesos, mejorar el equipamiento y, sobre todo, formar el personal. Vuelven a ser centrales, una vez más, las personas y esa idea de empresa promovida en tiempos de Adriano Olivetti: “la fábrica no puede tener la mirada puesta solo en la tasa de beneficio. Debe distribuir riqueza, cultura, servicios, democracia. Yo pienso la fábrica para el hombre, no el hombre para la fábrica”.

https://podcast.confindustriaemilia.it/

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