En
la provincia de Ferrara, hay una empresa especializada en la fabricación de
componentes para construcciones mecánicas de tamaño medio y pesado. En el Grupo
Barbieri trabajan 145 personas, generando un volumen de negocio de casi 29
millones de euros, con un +64 % de crecimiento respecto al año anterior. Para
FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Nicola Barbieri, presidente del
Grupo que lleva su nombre.
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
“Solo
sumergido más de 100 veces en el fuego, el hierro se vuelve acero”. Así reza un
antiguo proverbio chino, el cual encierra toda esa perseverancia que anida en
las historias de esas empresas de Emilia-Romaña que estamos contando. El tiempo
que pone las cosas en su sitio. El tiempo que marca la vida. La historia que
estamos a punto de contar tiene que ver justamente con el hierro y con el
tiempo. En ese trocito de tierra que es la provincia de Ferrara nacía, en 1981,
una empresa destinada a escalar los mercados. Se trata de Officine Barbieri,
fundada por Nicola Barbieri, ahora ayudado por sus hijos Dante y Roberta y por
sus nietos Annalisa y Federico. Una historia increíble. Nicola empezó a
trabajar como mecánico en la empresa Montedison, de Ferrara. Luego, tras la
muerte prematura de su padre, dejó aquel trabajo seguro para ayudar a su tío
con el trabajo de herrero en Bondeno, un pueblo ferrarese de trece mil
habitantes a orillas del río Panaro. Pasaron algunos años y Nicola puso en
marcha una actividad empresarial por cuenta propia en el sector de la
hidráulica y las instalaciones. Unos años más y otro cambio: Nicola decidió
apostar por el sector de la mecánica, metiéndose en la fabricación de
carpintería metálica para maquinaria de movimiento de tierras. Era el sector
apropiado para subirse a la ola de crecimiento económico y sería también el
definitivo. Desde entonces, la empresa se ha ido consolidando con el estandarte
de una especialización que la ha llevado a estar presente en las principales
licitaciones de grandes obras públicas tanto en Italia como en el extranjero.
«El labrado del hierro siempre ha formado parte de mí. Tras la muerte de mi
padre, tuve que remangarme para poder mantener a mi familia. La verdadera
intuición me llegó en 1974, cuando decidí fundar, junto a mi mujer y algunos
socios, una empresa especializada en el sector de la chapa. Esto me permitió
desempeñar la actividad de manera diferente, pues el hecho de disponer de todas
las piezas cortadas a medida constituía una fortaleza de la que otras empresas
competidoras carecían», cuenta Nicola Barbieri, fundador y hoy presidente del
Grupo Barbieri. Manos a la obra, una y otra vez, sin detenerse jamás. Como el
proverbio: sumergir el hierro incansablemente en el fuego hasta que llegue a
ser como el acero. «En mi vida siempre he osado, nunca me he conformado con
nada y esto ha sido lo que me ha hecho feliz, también el haber tenido cerca a
mi familia en todo momento. Esto es lo que me caracteriza también hoy, a la
edad de casi 90 años, porque aún sueño con lograr un desarrollo mayor tanto de
los espacios como del equipamiento, para hacer que mi empresa sea aún más
eficiente y organizada», dice Barbieri. Una vida que ha sido todo un vuelo, la
suya. «Quisiera seguir aquí diez años más, porque la vida es hermosa. Quisiera
ver la empresa ampliarse», repite Barbieri.
Retrato de
la empresa. Estamos en Scortichino di Bondeno, un pueblito de menos de mil
quinientos habitantes en la provincia de Ferrara. Aquí se halla la sede
principal del Grupo Barbieri, empresa especializada en la fabricación de
componentes para construcciones mecánicas de tamaño medio y pesado, con todo el
mecanizado correspondiente: corte de tubos, doblado, soldadura robotizada y
escariado. En ella trabajan 145 personas que generan un volumen de negocio de
casi 29 millones de euros, con un +64 % de crecimiento respecto al año
anterior. De sus inicios artesanos a empresa industrial. «El salto fue fácil y
natural puesto que el fuerte desarrollo económico de entonces requería una
mayor capacidad productiva: fue suficiente subirse a ese carro y aprovechar
tantas buenas oportunidades. Siempre he invertido nuevamente en la empresa los
recursos generados, ya que una actividad económica sana y capitalizada permite
aprovechar las oportunidades cuando se presentan y así crecer», precisa
Barbieri. Se trata de una empresa de dirección familiar, líder en la
fabricación de estructuras mecánicas de tamaño medio-pesado por encargo.
Dispone de un parque de maquinaria de aproximadamente 40 máquinas-herramienta y
robots de soldadura, además de 100 soldadoras. En sus plantas de producción se
ve maquinaria de vanguardia: robots inteligentes y mano de obra especializada.
El personal de carpintería y soldadura especializado es una garantía en los
trabajos. Una mezcla exitosa de tecnología y personas. «Los años dedicados a la
producción nos han permitido ir creando los distintos talleres destinando cada
uno de ellos a una actividad específica. Esto nos ha dado la posibilidad de
hacer que el operador u operadora especializada sea protagonista y responsable
de su tarea. El mío es uno de esos sectores donde todavía se requiere, además
de tecnología, una alta profesionalidad por parte del personal encargado. Y
esta es la verdadera fortaleza de mi empresa», recuerda Barbieri.
Productos
increíbles. Las construcciones realizadas se destinan a varios sectores:
maquinaria de movimiento de tierra, equipos de elevación, demolición,
reciclaje, sector de la construcción. ¿Sabéis esas grúas que se ven en
televisión durante las carreras de Fórmula Uno, esas que recogen los coches
después de los accidentes? Pues la carpintería metálica de la que están hechas
es un ejemplo de producción del Grupo Barbieri. Pero en esta empresa se hacen
muchas otras cosas: máquinas para el reciclaje, como los molinos de trituración
del metal, las carretillas elevadoras que se usan en las empresas para la
manipulación de cargas y productos para el sector de la construcción de todo
tipo, según las exigencias del cliente. A partir de las chapas de acero, esta
empresa logra llevar a cabo cualquier tipo de armazón de tamaño medio-pesado,
con todas las labores de mecanizado correspondientes, mediante el uso de
fresadoras-escariadoras de hasta 10 metros de longitud. De aquí salen cada mes
los armazones metálicos de la maquinaria de movimiento de tierras, elevación y
transporte, ingeniería de caminos y ferroviaria, obras civiles e industriales y
mucho más. Aquí se han fabricado los componentes del Mose, elaborados cuando en
la nave industrial de la pedanía de Scortichino había resultado dañada por el
terremoto de 2012 (reparada en un tiempo récord); así como el Allianz Stadium
de Turín, que también ha visto la luz aquí. «Hay que remangarse cada día y
mirar hacia delante, aprovechando todas las oportunidades que se presentan tras
haberlas analizado y evaluado cuidadosamente. Los retos del emprendimiento se
afrontan pensando en el lugar en el que vives y en el que apoyas los pies»,
concluye Barbieri. Los pies en el suelo, la cabeza en su sitio y el corazón latiendo
fuerte. Una vez más, la mejor lección sobre el futuro nos llega de empresario
de noventa años con la cabeza de un joven emprendedor emergente. ¡Qué
maravilla!
https://podcast.confindustriaemilia.it/
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