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FARE INSIEME - Ep. 9 - Vis Hydraulics: competencia y pasión

Venturelli: «Os diré cuál es nuestra apuesta ganadora: para innovar, hay que empezar siempre por las personas»

23/11/2021

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Todas las curiosidades sobre una joya de la alta tecnología en mecatrónica y líder en válvulas para el sector de la hidráulica, con un volumen de negocio de 63 millones de euros, el 80 % en exportación, 470 personas en plantilla, el 75 % mujeres con una media de edad de 34 años. El 12% del volumen de negocio se destina al Centro de Innovación, donde trabajan 45 talentos. Y otro 5% se destina a iniciativas de responsabilidad social corporativa. Para FARE Insieme, Giampaolo Colletti entrevista a Adamo Venturelli, director ejecutivo de Vis Hydraulics

di Giampaolo Colletti
@gpcolletti

«Nacimos en medio de la tormenta, pero sobrevivimos a ella y ya no le tenemos miedo a nada». Estas son las palabras de Adamo Venturelli, la persona al timón de Vis Hydraulics. En breve os desvelaré esta joya de la alta tecnología que se halla bien enraizada en Pavullo, un pueblo de dieciocho mil habitantes de la comarca del Frignano, en los Apeninos de la provincia de Módena, la cual, sin embargo, logra estar en boca de todos en cualquier parte del mundo. Pero vayamos por partes. Porque esta historia empezó durante la borrasca de principios de 2009, pocos meses después de la quiebra de Lehman Brothers en Estados Unidos: detrás de aquellos empleados y empleadas que abandonaban las oficinas de la City cargando con sus cajas, se celaba una de las crisis económicas y sistémicas más graves a nivel mundial. Pues en ese preciso momento es cuando se fundaba Vis Hydraulics, hoy líder en el sector de las válvulas de cartucho para el accionamiento hidráulico y una de las primeras diez empresas en este específico nicho de mercado a nivel mundial. Después de todo, cuando las historias de éxito nacen en una serie de circunstancias difíciles, hay que poner aún más empeño para demostrar la propia valía y destacar. «Para nosotros ha sido exactamente así: la empresa fue creada el 23 de enero de 2009, es decir, pocos meses después del desastre de Lehman Brothers. En realidad, la decisión fue tomada unos meses antes, cuando nada hacía pensar que ocurriría lo que ocurrió. Pero, llegados a ese punto, nos embarcamos igualmente, saliendo adelante con nervios de acero», precisa Venturelli. 

Una empresa con huella femenina
A día de hoy, su empresa, con un volumen de negocio de más de 63 millones de euros (el 80 % del cual en exportaciones a Europa, Asia y Estados Unidos), cuenta con 320 empleados, 150 más que hace un año, esto es, antes de que comenzara la pandemia. Pero si contamos las empresas que forman parte de su cadena de suministro, podemos hablar de 470 unidades. El perfil de quienes trabajan en ella es anómalo para una empresa del sector metalmecánico: se trata principalmente de personas jóvenes y en un 75 % mujeres, con una edad media de 34 años. «Las mujeres destacan sobre nosotros, los hombres, en cuanto a rapidez y repetibilidad, y no solo eso: en nuestra empresa el género femenino está bien representado en cargos de responsabilidad y a nivel de gerencia. Hemos desmontado un cliché, el de que las mujeres no saben trabajar en el sector metalmecánico».
Darlo todo y marcar la diferencia. Una lección que Venturelli ha aprendido de sus padres, que además le han enseñado el oficio. «Trabajo desde que nací, porque la empresa de mis padres siempre ha impregnado nuestras vidas a todas horas. Mi hermana y yo pasábamos horas y horas en la fábrica y respirábamos el aire de la metalmecánica y la hidráulica», recuerda Venturelli, quien entró a formar parte de la empresa oficialmente en 1996, empezando en el taller de producción, ya que –no para de recordarlo– es fundamental comprender el producto, experimentarlo, trabajarlo, para conocerlo a fondo. «Entré por la puerta de atrás y de puntillas, metabolizando con el tiempo todo lo que había que saber. Luego la empresa de familia fue vendida a una multinacional alemana». Pero al cabo de unos años Venturelli recomenzó embarcándose en otra experiencia, diversificando respecto a lo hecho anteriormente. «Las opciones en juego eran dos: hacer un corta y pega del pasado y sólo modular los precios, o bien apostar por la investigación con una gama de productos innovadores, que rindieran más y fueran más eficientes. Naturalmente, tampoco podía faltar el factor precio, pero no era el único elemento de distinción», precisa Venturelli. Una vez más, se escogió el camino más tortuoso, pero qué gratificante es conseguirlo. A finales del primer año, eran ya diez personas, que se ocupaban del diseño, los prototipos y los ensayos de validación. «Vis ha sido sobre todo una hermosa apuesta, un sueño que hemos concebido y hecho realidad, fruto de la voluntad, de la pasión, de la determinación de las personas y, sobre todo, es la demostración de que querer es poder. Las cosas no ocurren por casualidad, hay que ir buscándolas y sobre todo estar preparados para cuando llegue el momento. Nuestro carácter se forja enfrentándose a las dificultades: después de todo, somos modeneses y de montaña, y no habríamos podido crear esta empresa en otro lugar porque esta es nuestra casa». 

La fuerza de la especialización
El valor pasa primero por las personas, luego están las máquinas. «Además del producto que desarrollamos, nuestro intento es crear un entorno laboral en el que las personas consigan trabajar con armonía. De esta forma, se logra amplificar los resultados aún más si cabe. Después de todo, si lo que hacemos nos proporciona alegría y entusiasmo, siempre se obtienen buenos resultados. Hoy somos competitivos porque hemos puesto la innovación por encima de todo. Creemos firmemente en la especialización y es importante limitar la gama de productos y servicios que se quieren ofrecer y alcanzar la cima de la excelencia para este pequeño número de productos. Así nos lo piden también nuestros clientes. La válvula se había convertido en algo demasiado importante como para encargar fuera su diseño y fabricación, y por ello ahora todo es gestionado directamente por la empresa mediante procesos internos. Apostar por las competencias relacionadas con la investigación y la automatización significa generar un ahorro en costes», recuerda Venturelli.  La labor de investigación es el corazón de la empresa, destinando esta un 12 % a I +D. Luego está el Innovation Center, en el que trabajan 45 personas: se trata de ingenieros, proyectistas y técnicos, y constituyen la base para los ingresos del futuro, pues, según Venturelli, se sale adelante solo innovando en proyectos y en procesos, y en consecuencia en el producto. 

Reconocimiento, no beneficencia
«De la antigua empresa de familia me quedó el concepto de que trabajar es pasión y diversión, por lo que intento crear un entorno en el que quienes vengan a trabajar aquí lo hagan siempre con una sonrisa porque entran en un ambiente familiar», precisa Venturelli. Para este joven director ejecutivo, innovar supone también ser reconocedores con la comunidad: de ahí las políticas activas de bienestar social, parte del ADN de Vis desde sus comienzos, destinando esta cada año el 5 % de sus ganancias a iniciativas de responsabilidad social. «Pero no se trata de la típica transferencia bancaria a modo de beneficencia, o mejor dicho, no es solo eso. Aquí hacemos juntos cosas concretas: en Pavullo hemos llevado a cabo el carril bici que rodea el aeropuerto y el hangar para los servicios de emergencias médicas mediante helicóptero, así como muchas iniciativas propuestas por nuestras empleadas y empleados, quienes hace tres años decidieron renunciar al premio de fin de año para destinar una importante donación a asociaciones de voluntariado,  pero sin que nadie les pidiera nada: simplemente abrazaron nuestra filosofía, recaudando más de 25 mil euros. Después de todo, a alturas de 2021 es impensable que una empresa no esté ligada al territorio: se trata de reconocimiento, no de beneficencia», concluye Venturelli, que ahora está trabajando en la internacionalización: después de la apertura de la sucursal estadounidense, se apunta a China para 2023. Y además, con la atención puesta en la nueva sede: el Vis Campus, que acogerá la Academy interna de la empresa y muchos otros servicios: del jardín de infancia al gimnasio, los armarios de entrega de Amazon, la peluquería y el restaurante propio, así como los recorridos en bici para los descansos al aire libre. Para cambiar el mundo, hay que empezar siempre por las personas.
  
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