Está la pasión por la tecnología, está el compromiso continuo con la innovación, está el cuidado esmerado de los detalles. Y luego está la cultura, con sus valores íntegros durante décadas. «La tierra que nos vio nacer es la que ha hecho posible que todo esto sucediera». Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Silvia Pecorari, vicepresidenta de Desarrollo Estratégico y Operaciones de Hansa-TMP
di Giampaolo Colletti
@gpcolletti
En el fondo, la excelencia reside siempre en el trabajo en
equipo. Es algo que se percibe enseguida releyendo las páginas de historia de
Hansa-TMP, un coloso de la región de Emilia en el sector de la construcción y
fabricación de bombas hidráulicas, en ese valle de la hidráulica que el mundo
nos envidia. Se trata de una empresa modenesa especializada en la integración
de sistemas completos que prevén el uso de la tecnología de fluidos en conexión
con la electrónica. Una empresa glocal
de alcance internacional, que con los años ha experimentado una evolución
significativa: surgió como estudio profesional de diseño y con el tiempo se ha
convertido en fabricante y distribuidor exclusivo de colosos como Kawasaki.
Efectivamente, son especialistas en soluciones hidráulicas completas y
personalizadas, ligadas a la electrónica y centradas en la eficiencia y la
sostenibilidad. Sus oficinas centrales están en Módena, pero la fortaleza de
esta empresa reside en su presencia en más de 60 países en el mundo, con
oficinas de venta propias y una estructurada red de distribución y asistencia
–concretamente 21 distribuidores y centros de reparación en el extranjero–, con
un 80 % en exportaciones, fuera de las fronteras nacionales, y un volumen de
negocio de unos 10 millones de euros, además de una plantilla con un 40 % de
mujeres y una edad media de 35 años.
Alianzas en el territorio. La empresa se fundó en 1950, en
el lleno de aquel periodo de bonanza económica que también fue cultural.
Aquella fue una época de volver a empezar. Era algo que se percibía con solo
echar un vistazo al taller de producción de la Officina Meccanica Pecorari,
especializada en el diseño y fabricación de las primeras maquinarias agrícolas,
como los motocultores. «Hemos crecido poniendo en práctica una decisión muy
concreta: mantener por cuenta propia la labor de investigación y desarrollo, el
control de calidad, el ensamblaje, el test y la logística y sacando partido a
la sinergia con nuestros proveedores para todo lo demás. Después de todo, el
nuestro es un territorio excepcional. Así, en 1998 nos convertimos en
fabricantes de nuestros propios componentes hidráulicos: empezamos a fabricar
las bombas de pistones axiales de cilindrada variable, para transmisiones
hidrostáticas de vehículos, maquinaria de construcción, maquinaria agrícola,
barredoras o para vehículos municipales», cuenta Silvia Pecorari,
vicepresidenta de Desarrollo Estratégico y Operaciones de Hansa-TMP, la cual
representa a la segunda generación de la empresa de familia. Exacto: el territorio
y sus personas. Talentos que hay que tener a bordo. El tema del trabajo en
equipo vuelve de manera recurrente, incluso fuera de las fronteras de la
empresa, a ese mundo de la formación plagado de nuevos recursos humanos que
preparar y ayudar a desarrollarse. Se necesita visión para hacer todo esto,
pero a la larga los resultados llegan: de ahí que se hayan estipulado los
acuerdos con la facultad de ingeniería de la Universidad de Módena y Reggio
Emilia y con la Red de Alta Tecnología de la región de Emilia Romaña. «Los
equipos de ingenieros universitarios utilizan software de simulación, en el
cual hemos confiado para las labores de investigación de nuestro departamento
de diseño antes de la realización de los prototipos. La universidad tiene en su
seno competencias muy válidas en el campo de la hidráulica que pueden servir de
soporte a la innovación del producto; una forma de estudiar y mejorar los
sensores que aplicamos a nuestros productos y de llevar a cabo las
investigaciones tanto sobre materiales como sobre el rendimiento de las
bombas», precisa Pecorari.
Los factores que impulsan el
crecimiento. Está la pasión por la tecnología, está el compromiso continuo
con la innovación, está el cuidado esmerado de los detalles. Y luego está la
cultura, con sus valores íntegros durante décadas. Porque para entender la
fortaleza de esta empresa tenemos que volver a su fundador y a los años 50, a
ese proceso de mecanización que también estaba afectando a la agricultura del
periodo de entreguerras, piedra angular de la tierra emiliana. «La tierra que
nos vio nacer es la que ha hecho posible que todo esto sucediera. Después de
todo, llevamos esforzándonos desde el principio por simplificar el trabajo de
campo e innovar. No por nada, hoy diseñamos bombas, motores y válvulas en el
distrito industrial más importante del mundo. Y tenemos unos lazos históricos y
muy estrechos con la cadena de subcontratación. Logramos controlar el ramo y
resolver rápidamente los problemas para ofrecer al cliente un servicio veloz y
con costes limitados. Después de todo, una cadena de suministro corta
contribuye a facilitar la logística y la rapidez de respuesta y entrega», dice
Pecorari.
Bajo el signo de la excelencia. La labor de investigación es
un mantra. «En 2014 fundamos un centro propio para las competencias
trasversales en hidráulica. Un centro de investigación propio, pero abierto a
las universidades. Hoy hacemos la simulación virtual en el estudio de los materiales
y el desarrollo de la eficiencia del producto. Luego colaboramos con centros de
competencia para el prototipado rápido gracias a un equipo de ingenieros de
I+D», dice Pecorari. La parte de los ensayos es esencial: con las simulaciones
virtuales, después del diseño y con el fin de observar la ergonomía del
montaje, es posible hacer prototipos por impresión 3D que luego son testados en
pruebas mediante un sistema de simulación hidrostática. Ahora la empresa mira
hacia el futuro aumentando el doble la parte dedicada a la producción y la de
logística. Una inversión de 3 millones de euros que será completada antes del
próximo año con nuevas líneas que siguen un planteamiento 4.0, es decir,
automatizadas y con personal especializado. Después de todo, hay que intentarlo
una y otra vez, pues solo así se consigue ganar en el mercado.
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