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FARE INSIEME - Ep. 15 - La revolución gentil dentro y fuera de la empresa. Desde Emilia-Romaña, el partido del gigante de la moda, Twinset

«Se vence escuchando. Pero los talentos no sirven de nada por sí solos, si no hay un equipo que les permita lanzar a canasta»

14/12/2021

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Un equipo casi por completo femenino y con una edad media inferior a treinta años, para un volumen de negocio superior a 230 millones de euros. «Para una empresa como la nuestra, basada en la moda, la pandemia ha sido la tormenta perfecta. Pero los períodos de crisis, aunque sean difíciles de afrontar, nos permiten tomar decisiones valientes y de forma más rápida». Para FARE Insieme, Giampaolo Colletti entrevista a Alessandro Varisco, director ejecutivo de Twinset

di Giampaolo Colletti
@gpcolletti

Hay una canasta colgada en la pared de Alessandro Varisco, director ejecutivo, desde 2015, del gigante emiliano de la moda femenina, Twinset. También hay un balón de cuero que de vez en cuando alza el vuelo, centrando justo el diámetro abierto de esa canasta. En el fondo, para hablar de esta marca se puede partir de esa canasta y de un partido que hoy se juega en mercados globales y, sobre todo, en aquellos digitales e interconectados, y cuyo resultado es todo menos obvio. Porque todo depende del juego de equipo, de las intuiciones brillantes y, sobre todo, de mucho entrenamiento. Los inicios de la empresa se remontan a los años 80 y, hoy en día, está compuesta de 850 personas, de las cuales el 92 % son mujeres y con una edad media comprendida entre los 28 y los 30 años. Un centenar trabajan en Rusia, Bélgica, Francia, España y en la venta al por menor. La mayor parte de los altos cargos también son femeninos, con siete mujeres de un total de once. El volumen de negocio asciende a 235 millones de euros, pero la marca de prêt-à-porter femenino está en un negocio cada vez más complejo, que el año pasado se vio forzado a parar a causa del virus, entre el confinamiento y las restricciones, y que ahora se ha vuelto a poner en marcha. Por otra parte, la emergencia sanitaria de la pandemia, convertida en crisis económica y sistémica, por lo que se ha transformado en sindemia que ha afectado sobre todo a la industria de la moda, obligando a redefinir los procesos, lenguajes y relaciones con los clientes. Incluso en este caso, es posible encestar el balón. Es todo cuestión de estrategia, de visión, de lúcida locura. «He jugado al baloncesto durante más de treinta años, vivo y trabajo en un área geográfica donde es un deporte de culto. Además tengo dos hijos que por decisión propia juegan al baloncesto. Es un deporte relajante, compromete porque cimienta las relaciones, pero también es adrenalínico. Tienes veinticuatro segundos para tirar y hasta el final no se sabe quién ha ganado ni cómo puede acabar. Puedes estar diez puntos por debajo y cambiarlo todo. Pero estoy acostumbrado a jugar en ataque y me lo juego todo», cuenta Varisco. Más allá de la metáfora, en esa incertidumbre se inscriben estos tiempos. «Para una empresa como la nuestra, basada en la moda, la pandemia ha sido la tormenta perfecta porque han faltado las ocasiones de uso. Pero los períodos de crisis, aunque sean difíciles de afrontar, a menudo nos permiten tomar decisiones valientes y, sin duda, de forma más rápida. Creo que la pandemia nos pilló desprevenidos, pero estamos trabajando para sobrevivir a este cisne negro, dándonos una atención recíproca. Como a menudo digo a mis colaboradores: reaccionamos a esta emergencia como a una nueva oportunidad», precisa Varisco, que explica desde Carpi esta empresa, en un vanguardista edificio con sede central y fábrica y con exposiciones distribuidas por toda Italia.

El espíritu gentil. «Nacimos como empresa de tricotaje, apostando por la lana, los colores, la calidez. Aquí he encontrado una empresa acogedora, dirigida a mujeres románticas, dulces, determinantes. Esta empresa nace de dos fundadores brillantes y aquí hay un ambiente familiar, y la característica que nos distingue es la gentileza, entre nosotros y con el cliente final. Para mí, la gentileza significa cuidar de uno mismo para cuidar de los demás. La gentileza no solo significa el negocio por el negocio, sino que detrás de cada número o persona hay un mundo que descubrir. Es la gentileza que hace que los equipos estén unidos porque implica escuchar, respetar. Es como si fuera un hilo de lana invisible que nos une a todos», dice Varisco. La gentileza también está en la captación del cliente final, en escucharle, en mimarle. «Sabemos que se ha vuelto más conocedor y, por tanto, es fundamental comprender hoy cuál será su identidad mañana. Después de haber abierto los negocios tras los cierres de la primera y de la segunda ola de la pandemia, el tráfico era inferior al 40 % con respecto a los tiempos precovid. Para estimularlo de manera incisiva, dije: "si los clientes no vienen a nosotros, seremos nosotros los que iremos a ellos". Es un concepto que va más allá del eslogan porque, teniendo una gestión de las relaciones con los clientes evolucionada, es mucho más fácil comprender el comportamiento de adquisición de los consumidores, hacerles un seguimiento», dice Varisco. Así nació la caja gentil, que contiene ocho prendas y una carta de acompañamiento. El mensaje está claro: no queremos que compres estos objetos, queremos que los veas. Una operación de gran éxito: de media, la empresa ha vendido más de la mitad de las prendas enviadas, recibiendo también cartas de agradecimiento.

Visión glocal.
Replantearse la relación con la clientela, ensalzando el territorio, la historia, el camino recorrido. «Con respecto a los inicios, hemos mantenido el ADN y los factores críticos de éxito. De esta manera, hemos producido chándales bonitos y cómodos para mantener el modo romántico, pero también para ilustrar el nuevo contexto, inevitablemente casero. De hecho, hemos proyectado nuestra visión en una contemporaneidad mayor. La digitalización ha hecho que el cliente sea más conocedor, pero también ha producido un aplanamiento de la propuesta. Hoy, hay una nivelación de contaminación de las diferentes marcas que lleva a una homologación. Por ello, hemos revisado la colección, adoptando un lenguaje más internacional. Hemos apostado por la llegada de un nuevo director creativo inglés para conquistar los mercados, manteniendo nuestros códigos hemos dado una mayor internacionalización y una estrategia universal en un mundo global», cuenta Varisco. La receta del éxito es continuar siendo locales y, al mismo tiempo, internacionales. «Por otra parte, esto siempre ha sido un gran apartado de la moda. Por ello, hemos continuado invirtiendo en el territorio: hoy, tenemos sesenta máquinas de alta tecnología para los tejidos. Asimismo, está la escuela de tricotaje de vanguardia, está la cultura: necesitamos prestar atención a las competencias y educar y hacer que los jóvenes se interesen por estos oficios». Ser pioneros, llegar antes que el resto, pero haciéndose entender por los clientes: así nació la operación de alquiler, que responde a una necesidad de personalización del mercado. «Llevamos a cabo un grupo de escucha con jóvenes de entre 25 y 30 años. Y hemos conseguido dos efectos muy buenos: trabajando con los jóvenes, la experiencia es enriquecedora y, además, hemos comprendido la importancia del uso, no de la posesión. Esto permite un trabajo casi a medida. Por otra parte, el cliente desea algo único».

Siempre hay un plan B. Escuchar y, sobre todo, cuestionarse. «Hoy, la pandemia ha creado un cambio radical que se incluye en las empresas. Esto no significa que lo que hemos hecho hasta ahora valga también mañana porque el cambio de los consumidores es repentino. En la actualidad, tenemos un exceso de ofertas, pero las preferencias de los consumidores están afectando a la ecosostenibilidad. Este es el plan B, entender nuestro impacto en relación con el medioambiente. También está la sostenibilidad social, es decir, ponerse un objetivo para que cada uno mejore un poco de cada vez, con el fin de llegar juntos a la línea de meta», precisa Varisco. En equipo se puede tomar el camino principal. Por otra parte, para este alto directivo lo mejor no es aquello que se ha hecho siempre, sino cambiar e innovar. Entrar en el juego y apasionarse, venir al trabajo con una sonrisa en los labios y de buen humor. Una vez más, vuelve la metáfora del partido de baloncesto, en el que se vence juntos. «Es una regla de oro en este deporte y en otros tantos. Los talentos no sirven de nada por sí solos, si no hay un equipo que les permita lanzar a canasta»

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