Perfil
de una empresa de Módena fundada en 1975 por Luciano Salda y que cuenta con 175
empleados y un volumen de negocio de 32 millones de euros. Para destacar, hay
que centrarse en las personas, entre servicios de prevención para la salud,
voluntariado de empresa o descuentos en compras y servicios para los empleados
y empleadas. Y la guardería, una de las primeras en Emilia Romaña, que lleva
activa desde el lejano 2007. Para FARE Insieme, Giampaolo Colletti entrevista a Elena
Salda, directora ejecutiva de CMS S.p.A
di Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Pioneros en lo que
hacen. Y sobre todo en cómo lo hacen. Porque saben ajustarse a su tiempo y
andar caminos aún inexplorados con iniciativa y coraje. Este espíritu de
vanguardia sintetiza a la perfección la historia de CMS, acrónimo de
Costruzioni Meccaniche Salda. Se trata de una empresa volcada en el sector de
la metalmecánica de precisión por encargo y fundada por Luciano Salda, quien la
abrió cuando tenía poco más de treinta años, en el lejano 1975, habiendo dejado
su trabajo de obrero especializado en una importante empresa del territorio y
depositado, junto a otros dos socios, un millón de antiguas liras. Actualmente,
CMS tiene cuatro sedes operativas repartidas entre dos municipios de la
provincia de Módena: Manaro sul Panaro y Vignola. CMS cuenta hoy con 175
empleados, especializados principalmente en mecánica, y registra un volumen de
negocio de 32 millones de euros, entre Italia y el extranjero. Una empresa centrada en la mecánica y –como
descubriremos más adelante contando su historia– también en las personas. Es
más: todo se sintetiza en ese particular equilibro entre capital tecnológico y
capital humano, pero donde el segundo impulsa y refuerza al primero.
Las personas por encima de todo. “Somos
técnicos, ingenieros, solucionadores de problemas”. Es este el primer punto del
manifiesto programático de CMS y se trata de un enfoque no solo teórico, pues
se concretiza en el trabajo diario. «Nuestra excelencia reside en la cercanía
con el cliente, en la capacidad de dar respuesta a las demandas del mercado y
en el uso avanzado de las tecnologías. Nuestra habilidad es la de estar siempre
listos para ajustarnos a las diferentes necesidades y ofrecer la respuesta apropiada en el momento apropiado. La relación con el
cliente se manifiesta más claramente cuando le decimos: “enséñanos tu proyecto, tu
idea, y nosotros te la desarrollamos”. Nuestros técnicos, pues, transforman un
diseño en un producto acabado, como por ejemplo una máquina hasta de tres mil
códigos, si cabe. Se va de la materia prima a la construcción de la máquina
misma o la cadena de suministro que le proporciona la asistencia. Detrás de una
fila de orden de datos, puede haber un trabajo de una complejidad inmensa»,
cuenta Elena Salda, directora ejecutiva de CMS S.p.A. Pero ojo. Para esta
empresa, fruto de la pasión por la mecánica, lo decisivo son las personas, más
que una instrumentación avanzada. «Está claro que las máquinas son importantes,
pero uno no se distingue por ellas, y para comprarlas basta con tener una buena
cuenta corriente. Nosotros tenemos un buen parque de máquinas, centros de
mecanizado avanzados, procesos robotizados, pero parar mantener unos niveles de
eficiencia elevados –y para hacer que las máquinas respondan de forma
apropiada– hacen falta las personas apropiadas. Un equipo cualificado y
competente pero que, al mismo tiempo, tenga ganas de mejorar profesionalmente»,
dice Sala. He aquí, pues, que la clave del éxito reside totalmente en las
personas. Por eso Salda, desde el primer momento (y mucho antes que otros), ha
probado a introducir en la empresa iniciativas que favorecieran el bienestar de
sus colaboradores y colaboradoras y mejoraran su calidad de vida. Se trata de
proyectos de bienestar corporativo que llevan activos nada menos que quince
años. CMS inauguró su guardería de empresa en el lejano 2007, es decir, quince
años atrás. Se trataba de una de las primeras experiencias en Italia. Se llama
“El país de los colores” y a día de hoy acoge a 42 niñas y niños de 12 a 36
meses de edad. El nombre está inspirado en una fábula en la que la diversidad
es un valor añadido, así como la inclusión y la acogida. «Yo estaba convencida
ya entonces de esta operación porque lo veía como una respuesta concreta a las
exigencias de mis empleadas y empleados. El bienestar integrativo lo es todo:
hoy impulsamos actividades para la prevención de la salud, el voluntariado de
empresa, horarios flexibles o acuerdos específicos para ofrecer descuentos en
compras y servicios a nuestros empleados. Para mí lo esencial es mirar la
persona en su totalidad. Es por esto que creo mucho en el diálogo, en el
intercambio de ideas y opiniones. La puerta de mi despacho está siempre
abierta», dice Salda. Luego están las ganas de relacionarse con la comunidad.
Un enfoque win-win en el que la empresa dialoga también con entidades
académicas y de formación. «Procedentes del Instituto Levi, de Vignola, o del
Instituto Técnico Superior de Módena, escuelas de formación profesional en las
ramas de mecánica y mecatrónica, nuestra empresa acoge a jóvenes estudiantes
para la realización de las prácticas. Queremos conocerlas y conocerlos desde el
pupitre de la escuela, para ofrecerles algunas herramientas más en su
trayectoria formativa», precisa Salda.
Entre
pasado y futuro. Fundada
inicialmente como una pequeña empresa de montaje, CMS ha ampliado desde el
primer momento su mirada a los países extranjeros, invirtiendo en máquinas
herramienta y optando por la fórmula escalable de la sociedad anónima. «Hay que
renovarse continuamente para conseguir dar respuesta a las exigencias de un
mercado en movimiento. El objetivo es estar siempre al día, siempre alerta con
las competencias adquiridas sobre el terreno. ¿El momento más hermoso? La
inauguración de la guardería. ¿El momento más difícil? La sede abierta al sur
de Shangai, en China, que tuvimos que cerrar seguidamente con una gran
dispendio de recursos económicos y energía. Pero de las situaciones difíciles
se aprende y, en el fondo, eso es lo que está ocurriendo en este preciso
momento histórico, que está modificando aspectos económicos y geopolíticos, por
las condiciones críticas en las que se hallan las cadenas de suministro,
puestas a dura prueba. También en este contexto es posible vislumbrar
oportunidades, con nuevos espacios de mercado. Y luego está la evolución de la
transición ecológica y medioambiental, que está teniendo y tendrá un impacto en
el tratamiento y envasado de los alimentos. Modificaremos la forma de producir
y contemplo con optimismo el futuro», concluye Salda. Eso es ver el vaso medio
lleno, algo esencial tanto para los empresarios de hoy como para los de ayer.
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