Perfil de una empresa de Bolonia que es líder en diseño y fabricación de engranajes y piezas críticas y que vende en todo el mundo gracias a la innovación y a la tecnología, pero sobre todo gracias a las personas. «Puedes tener la mejor maquinaria y software del mundo, pero sin las personas involucradas y fidelizadas, no te sirven para nada». Para Fare Insieme, Giampaolo Colletti entrevista a Gabriele Bonfiglioli, director ejecutivo de Marzocchi Pompe
di Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Cuando se cierra una
puerta, se acaba abriendo una ventana. La sabiduría popular explica mejor que
cualquier otra cosa el nacimiento de la empresa Marzocchi. Estamos en el lejano
1949 y dos hermanos, Stefano y Guglielmo, muy unidos y geniales en su trabajo,
figuras de referencia desde hacía tiempo para el área técnica de una marca
icónica como Ducati, deciden dejar la empresa para abrir la suya propia. Un
cambio considerable, en aquel entonces. Sin duda hacía falta valor y una buena
dosis de audacia, y tal vez de inconsciencia, pero los dos hermanos estaban
firmemente convencidos de aquello en lo que estaban a punto de embarcarse,
porque en ellos había nacido el deseo de hacer algo más: había ganas de
lanzarse en un momento histórico en el que Italia estaba deseando salir de los
escombros de la posguerra, en los tiempos de la reconstrucción. «Tenían esa
inclinación empresarial a poner su propia experiencia al servicio de nuevas
aventuras, querían jugar su partida y, a toro pasado, podemos decir que lo
consiguieron», cuenta Gabriele Bonfiglioli, director ejecutivo de Marzocchi
Pompe, la sociedad que se añadió a la empresa de familia en la tercera
generación y que está especializada en la fabricación de bombas hidráulicas y
motores de engranajes externos para aplicaciones industriales, móviles y de
automoción. De sus comienzos hay algo que no ha cambiado para esta excelencia
típica de Emilia Romaña, dedicada a la fabricación de engranajes y piezas
críticas, esto es: las ganas de trabajar y la centralidad del capital humano. «Puedes tener la mejor maquinaria y
software del mundo, pero sin las personas involucradas y fidelizadas, no te
sirven para nada. Por ello los recursos humanos deben ser centrales», precisa
Bonfiglioli. Su sede principal se halla en Zola Pedrosa, que es también planta
de producción, mientras que su planta histórica está situada en Casalecchio di
Reno, ambas a dos pasos de Bolonia. La empresa registró un volumen de negocio
de 40 millones de euros en 2019, que ha superado en 2021 (después de un 2020 en
caída, debido a la pandemia), llegando a duplicarlo en seis años. Luego está el
capital humano y el correspondiente posicionamiento global: Marzocchi, que
cuenta con 250 empleados y experimenta un crecimiento constante, tiene vocación
internacional, con un 30 % de su negocio ligado al mercado nacional. En cuanto
al resto de mercados, domina en los Estados Unidos, que constituyen el 30 %,
vienen luego Europa, con un 25 % y Asia, con un 15 %. Una empresa trotamundos,
ya que, sin dejar de ser made in Italy,
dispone de dos sedes comerciales en el extranjero: Marzocchi Pumps USA, situada
en Elgin, cerca de Chicago, controlada al 100 % y centrada en presidiar el
mercado americano (uno de los más importantes del mundo), y Marzocchi
Symbridge, sociedad participada al 45 % y ubicada en Shanghai. Además está la
empresa participada Montirone, de San Giovanni in Persiceto, provincia de
Bolonia, para la fundición bajo presión de las piezas críticas de aluminio.
La escalabilidad de la tecnología. Innovación
y tecnología son dos elementos estrechamente relacionados. «La nuestra es una
empresa que siempre ha sido innovadora en el mercado y quiere seguir siéndolo,
con productos nuevos y diversos. Elika es una gama paralela a la estándar que,
en lugar de los engranajes tradicionales, utiliza unos rotores helicoidales de
los que hemos depositado dos patentes a nivel internacional. Se trata de un
producto de alta eficiencia y baja emisión de ruido, por lo que es una bomba
con tantas aplicaciones en campos cada vez más encaminados a la revolución
verde, pues el ruido también es reconocido hoy como un factor de
contaminación», precisa Bonfiglioli. Elika es escogida, por ejemplo, para el
funcionamiento de las carretillas elevadoras, ya que tiene una emisión de ruido
reducida. Pero la innovación se ve también en la tecnología ligada a la
producción y en la búsqueda de la eficiencia en el campo de la automatización.
En estos ámbitos, siempre se ha buscado ser innovadores para poder enfrentarse
a empresas competidoras de todos los rincones del mundo que disponen de mano de
obra de bajo coste. El mercado, vivaz, empuja a tomar decisiones importantes,
valerosas, necesarias. Por eso es que esta histórica empresa boloñesa ha salido
también en bolsa. «Hay un motivo que nos arrastra, detrás de esta decisión. La
nuestra es una empresa con densidad de capital y para no quedarse atrás hay que
invertir con creces. Por ello hemos creado una fuente alternativa al clásico
financiamiento bancario. Pero hay más: como pyme italiana estamos acostumbrados
a trabajar ya con empresas que suelen ser mucho mayores que nosotros,
multinacionales activas en todo el mundo. A veces lo que el mercado y los
clientes nos pedían era una comprensión detallada de cómo íbamos a lograr
garantizar nuestra solidez financiera y patrimonial. En ese sentido, la
cotización en bolsa es un instrumento de márketing y posicionamiento, una
acción de transparencia», dice Bonfiglioli. La labor avanzada de investigación
es vital y prevé inversiones de alrededor del 3 %, pero variables de año en
año. Luego está la alianza con la Universidad de Bolonia, la Facultad de
Ingeniería: gracias a esta colaboración, se han podido desarrollar las dos
patentes mencionadas anteriormente.
Una
labor de sastre. Para poder
interceptar a un cliente que está cada vez mejor informado, hay que disponer de
un producto de vanguardia: eficiente y ofrecido al precio justo. «Creo que es
esencial estar muy cerca del cliente, sobre todo en dos fases: primero durante
la fase de proyecto y luego durante la producción. Entre nuestros competidores
se cuentan algunos de los colosos, pero las empresas grandes ofrecen una gama
más reducida. La nuestra, en cambio, es casi a la medida, personalizada.
Disponemos de más de 16 mil productos acabados en catálogo, con más de 800
clientes activos: permanecemos siempre a la escucha del cliente, un rasgo
distintivo en la fase de proyecto, donde vamos buscando la solución técnica más
apta en función de sus exigencias, pero también en la fase de producción, pues
no ponemos límites en lo que respecta a las partidas que se nos piden. Hay
grandes empresas que producen anualmente unos volúmenes elevados de bombas del
mismo código: nosotros lo hacemos igualmente, pero la partida puede ser también
de una sola bomba, para adaptarnos a las distintas necesidades del cliente. No
por nada se nos define como los sastres de las bombas de engranajes», precisa
Bonfiglioli. Así es como esta destacada flexibilidad operativa se convierte en
agilidad, que es lo decisivo en mercados competitivos. Y es la demostración
práctica de cómo David puede vencer a Goliat.
https://podcast.confindustriaemilia.it/
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