Es una de las empresas más
dinámicas en el panorama internacional de los bioestimulantes. Su modelo de
negocio, que impregna también a la parte organizativa, se centra en la
innovación continua y las alianzas transversales. Raíces ancladas en la
comunidad, pero capaces de extenderse por todo el mundo. La empresa está
presente en más de 80 países de Europa, África, Asia y Sudamérica. Para FARE
INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Leonardo Valenti, director ejecutivo
de Biolchim
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
«Allí
donde cultivas la rosa, no puede crecer el cardo. Olvidar cómo sachar la tierra
y cuidar el terreno es como olvidarse de sí mismos». Así dice un viejo refrán,
que evoca inevitablemente la fuerza de la tierra, su protección, su bienestar
y, en el fondo, el nuestro. Pues bien, hay una empresa de Emilia-Romaña que
desde hace cincuenta años salta al campo, —¡literalmente! — para ocuparse de la
tierra. Es Biolchim, joya boloñesa dedicada a la producción y comercialización
de fertilizantes especiales gracias a bioestimulantes particulares. Se trata de
productos de alto valor añadido que combinan eficacia agronómica y
sostenibilidad medioambiental. Todo nace en 1972. Estamos en Medicina, un
pueblo de menos de 20 000 almas en el área metropolitana de Bolonia. Una
parcela de tierra que se extiende a lo largo de 160 kilómetros cuadrados en la
llanura emiliana, bañada por el canal que también da nombre a la histórica vía
San Vitale. Precisamente en Medicina tiene su sede la planta donde se realizan
todas las fases del ciclo de producción hasta el envasado final de los
productos, que después se envían a todo el mundo. Raíces ancladas en la
comunidad, pero capaces de extenderse por todo el mundo. La empresa está
presente en más de 80 países de Europa, África, Asia y Sudamérica: en Brasil,
Alemania, Polonia, Hungría, China, Nueva Zelanda y Australia Biolchim opera con
sus propias filiales, mientras que en Turquía, Líbano, India y Rusia la
asistencia a los distribuidores locales está asegurada por una red de técnicos
residentes en el territorio. En el resto de los países, en cambio, nos apoyamos
en asociaciones comerciales consolidadas y en una vasta red de distribuidores e
importadores. De esta manera, se ha apostado por
tecnologías propietarias para la producción de materias primas estratégicas y
una sólida plataforma de conocimientos e innovaciones.
Dirección a una innovación continua. Aún hoy, Biolchim ofrece a sus clientes una
gama completa de productos seguros y eficaces que permiten maximizar el
rendimiento de cada cultivo, en cualquier parte del mundo. Desde 2014 lidera un
grupo de cinco empresas que se encuentra entre las figuras principales del
sector. «Este año celebramos cincuenta años. Las empresas que hemos comprado
son aún más antiguas que nosotros y pioneras en sus respectivos sectores, pero,
al final, con nosotros respiran una fuerte orientación hacia la innovación.
Así, la innovación se consolida, se refuerza, se apoya en la experiencia y en
un fuerte pragmatismo. Queremos consolidar el sector comprando empresas
proveedoras y competidoras que después se integran de la mejor manera posible»,
cuenta Leonardo Valenti, director ejecutivo de Biolchim. Números de vértigo
para un sector de nicho especializado y fragmentado: 2021 se cerró con
142 millones de euros con un equipo de 420 personas, mientras que la
previsión para 2022 es de 155 millones de euros. El grupo opera en el
sector de la nutrición y cuidado de las plantas y en un 90 % en la
agricultura profesional. La oferta se basa en fertilizantes innovadores,
bioestimulantes, soluciones de biocontrol y, en línea general, en productos
destinados a una agricultura sostenible biológica o convencional. Esto impone
un continuo enfoque en la innovación del producto, en el proceso e incluso en
el servicio técnico y en las modalidades organizativas más adecuadas para la
demanda de soluciones eficaces, pero también ecocompatibles.
Las personas por encima de todo. Es cierto, se habla de soluciones de alta
tecnología, pero lo que marca la diferencia son las personas, dentro y fuera de
la empresa. Valenti está convencido de ello. «Mantenemos relaciones
consolidadas con clientes y proveedores desde hace ya treinta años. Nuestra
rotación de personal es muy baja y prestamos gran atención a los temas de
inclusión y diversidad. En el fondo, nuestra naturaleza internacional nos lleva
a ser un crisol de culturas. Y también tenemos muchas mujeres en cargos
directivos. El nuestro es un sector de nicho y la calidad de las personas marca
la diferencia: es por ello que tenemos una mayoría de personal que captamos en
las universidades y que después formamos internamente». La investigación se
expresa en plural. Biolchim mantiene una estrecha alianza con decenas de
empresas y hoy cuenta con más de cien colaboraciones abiertas con centros de
investigación, laboratorios, universidades, socios industriales como clientes y
proveedores o filiales. En 2012 se lanzó el proyecto WIN, acrónimo de Worldwide Innovation Network: consiste
en una plataforma de cooperación científica y técnica, destinada a la
innovación en cinco ámbitos: la innovación de producto, la de proceso, la
relativa a los embalajes, la inherente a la asistencia técnica a los
agricultores y la de los modelos organizativos. «Se trata de un nuevo modelo de
investigación global, reticular, ganadora. Desarrollar la red significa buscar
colaboraciones recíprocas de calidad y especializaciones incluso fuera del
perímetro de nuestro sector. Hemos trabajado mucho, por ejemplo, con la
botánica farmacéutica y vivimos de una mejora continua. En el corazón de
nuestra misión empresarial permanece la voluntad de ofrecer al agricultor
soluciones eficaces y eficientes para el trabajo cotidiano en el campo. Una
dilatada experiencia, concreción y atención a las necesidades del usuario final
son los instrumentos a través de los cuales modelamos nuestra oferta comercial,
fuertemente centrada en los temas principales de producto y servicio: nuestro
objetivo principal es garantizar que el agricultor pueda siempre sentir que
nuestra empresa es un socio fiable capaz de suministrarles soluciones técnicas
de éxito», precisa Valenti.
Para él y su equipo hoy es
impensable una agricultura que prescinda de instrumentos de diagnóstico más objetivos,
porque esta también está atravesando una fase de profunda transformación
tecnológica equivalente a la que ya se produjo en la medicina: se ha pasado del
estudio de los síntomas a la evidencia objetiva a través del análisis. Lo
digital es imprescindible y el proceso es irreversible. Pero en el centro
siempre estará el ser humano.
https://podcast.confindustriaemilia.it/
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