Todo
empezó en 1909, cuando Ambrogio Cagliari, después de una larga permanencia en
Brasil y respaldado por los numerosos reconocimientos recibidos por sus
preciadas mezclas de café, decidió abrir en Módena el primer taller de tueste y
degustación. En la actualidad, Caffè
Cagliari es una excelencia que desde Emilia-Romaña llega a cubrir 40 países del
mundo. Uno de los pocos tostaderos en los que aún se produce siguiendo el
método tradicional del tueste por separado. Para FARE INSIEME, Giampaolo
Colletti entrevista a Alessandra Cagliari, directora ejecutiva de Caffè
Cagliari
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
Hay un reloj que marca el tiempo a toda su
ciudad. Y que en el fondo cuenta todo lo que fue y todo lo que será. Un reloj
bello y valioso, el punto de referencia de su gente. Para contar la historia de
Caffè Cagliari y de los fuertes lazos que mantiene con las tierras emilianas,
tenemos que empezar echando atrás las manijas de ese reloj: nos hallamos en ese
edificio histórico situado a las puertas de la ciudad de Módena que es todo un
icono por su fachada decorada con enormes granos de café, pero comenzamos dando
un salto atrás en el tiempo. Incluso más de uno. Todo empezó en el lejano 1909,
cuando Ambrogio Cagliari, quien por entonces tenía poco más de veinte años,
volvió a Italia tras una larga permanencia en Brasil. En las plantaciones, en
Sudamérica, Ambrogio se apasionó al café y de simple jornalero se hizo un gran
experto en su selección y tueste, recibiendo numerosos reconocimientos por sus
preciadas mezclas de café. Así pues, decidió abrir en Módena (en la plaza
principal, símbolo de la ciudad, al lado de la catedral) su primer taller de
tueste y degustación del café. Ya en 1911, la empresa ganó la medalla de oro en
la Exposición Universal de Génova. Hoy igual que ayer, Caffè Cagliari sigue
siendo una empresa orgullosamente familiar, capitaneada por la cuarta
generación con la misma pasión de siempre. «Creemos en la excelencia y, a
través de nuestro patrimonio de cultura y tradición, obtenemos siempre el mejor
café, apoyando la investigación y la innovación. Es por eso que llevamos más de
cien años custodiando y transmitiendo, a lo largo de cuatro generaciones, la
experiencia y el amor por el café», afirma Alessandra Cagliari, directora
ejecutiva de Caffè Cagliari. De Módena al mundo entero, en nombre del café. Del
buen café, hecho de investigación, tradición y pasión. El que se hace con el
corazón. En la actualidad, Caffè Cagliari está presente en más de 40 países del
mundo, con un volumen de negocio que ronda los 20 millones de euros y un equipo
compuesto por 80 personas, entre plantilla y agentes de ventas. «La nuestra es
una historia de éxito empresarial, común a muchas empresas del territorio,
gracias al espíritu emprendedor de un hombre, mi abuelo, quien, con mucho
sacrificio y una gran determinación, supo hacer su sueño realidad. Desde
siempre, nuestro objetivo principal es la calidad, tanto del producto como del
servicio que ofrecemos. Autenticidad y sinceridad son los valores que nos guían
en nuestra forma de hacer empresa», precisa Cagliari.
Historia
de una empresa. Un pasado que leer bajo el signo de las innovaciones, de una idea de
futuro que perseguir con determinación. El éxito logrado durante la posguerra
hizo que Caffè Cagliari se distribuyera en varios canales de venta, por lo que
en 1963 se inauguró la nueva planta en la calle Emilia, con un taller de
producción de vanguardia. En años más recientes, esto es, en 2006, llegó la
innovación, con las especiales válvulas de alta presión en los envases
destinados a bares. Caffè Cagliari es uno de los pocos tostaderos que aún
produce siguiendo el método tradicional del tueste por separado. Cada origen de
café tiene propiedades organolépticas diferentes, que requieren temperaturas y
tiempos de cocción distintos para garantizar la calidad de cada grano. La
fragancia y los aromas de las mezclas son protegidos mediante los sistemas de
envasado más avanzados. La innovadora válvula unidireccional de alta presión,
presente en los envases de uso profesional, mantiene inalteradas las
propiedades del café y permite obtener un resultado excepcional en la taza. El
futuro es de quienes tienen un gran pasado a sus espaldas. Así, en 2009, con
ocasión del centenario de la empresa, se inauguró el museo de la misma, dedicado
a las máquinas de café, una colección extraordinaria porque es una de las
mayores exposiciones de máquinas de café espresso
profesionales del mundo, con más de 120 piezas fabricadas entre 1900 y hoy.
El futuro del café. Detrás de esta empresa hay mucha
labor de investigación. «Es la parte dinámica de la empresa, que sigue las
señales del mercado. Estamos trabajando en dos frentes: producto y proceso:
probamos nuevos orígenes y combinaciones nuevas en nuestro laboratorio de
calidad, en línea con la tendencia de mercado que busca experimentar nuevos
métodos de extracción alternativos al espresso
y hallar nuevos aromas y gustos, como el café de un solo origen y las
especialidades. Se habla de la cuarta ola del café, guiada por consumidores más
informados y abiertos a las novedades y a influencias que vienen de otros
países. Además hemos iniciado un proceso encaminado a la sostenibilidad
medioambiental y a la eficiencia energética: la nueva instalación de placas
solares nos ha llevado a un autoabastecimiento del 50 % y estamos haciendo
inversiones y modificaciones en los procesos de producción para lograr utilizar
en breve nuevos sistemas y materiales de envasado más sostenibles, fáciles de
desechar y reciclables, que permitan conservar al mismo tiempo la calidad y las
características organolépticas del producto», dice Cagliari. Ahora es el tiempo
de una gran renovación, que pasa por la reforma y ampliación de la nueva sede,
el flamante almacén automatizado, las nuevas instalaciones de envasado o el
laboratorio de calidad, que será ampliado dentro de poco, mientras que la sede
histórica se convertirá en un verdadero polo cultural del café y reunirá el
centro de formación Scuola del Caffè y el nuevo Museo del Caffè. Tener unidos
el pasado y el futuro, viviendo mejor el presente: algo que solo las grandes
empresas saben hacer.
https://podcast.confindustriaemilia.it/
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