La historia de la organización sin ánimo de lucro nacida en 2008 y que
tiene como objetivo mantener viva la memoria humana y artística de Luciano
Pavarotti. Desde los eventos en los cinco continentes a la Casa Museo de Módena
Con esa brújula orientada siempre a Emilia-Romaña, su tierra, su casa, su
gente. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Nicoletta Mantovani,
presidenta de la Fondazione Luciano Pavarotti
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
«Deseo llegar al mayor número de personas posible
con el mensaje de la música y de la maravillosa ópera». Con estas palabras,
el hijo de un panadero de Módena, que creció hasta convertirse en el cantante
de ópera más famoso de su época, desde los escenarios de los teatros y teatros
al aire libre de todo el mundo lanzó un mensaje para concienciar sobre el valor
universal de la música, esa que une a los pueblos, esa que experimenta los
estilos, esta que hace crecer a las nuevas generaciones. Así, Luciano
Pavarotti, el maestro que utilizó su gran talento para llevar la ópera lírica a
un público global compuesto por millones de personas, consiguió romper barreras
y sobrepasar fronteras, trascendió los teatros para llegar a los grandes
espacios al aire libre, cantando en lugares nunca antes utilizados como los
estadios de deportes y los grandes parques. Siempre pensó fuera de lo común y
su voz, junto a su carisma, tocó el corazón de muchos. «Hoy, la herencia más
significativa que ha dejado se encuentra en la importancia de fomentar la
cultura para hacer avanzar a la sociedad en la que vivimos y el deber de
compartir con los demás la pasión, el conocimiento y el talento». Así lo cuenta
Nicoletta Mantovani, presidenta de la Fondazione Luciano Pavarotti,
organización sin ánimo de lucro que tiene el objetivo de mantener viva la
memoria humana y artística del Maestro Luciano Pavarotti. En la actualidad, el
equipo está formado por cinco personas que estuvieron durante muchos años cerca
del maestro. «Hace mucho que trabajan con nosotros y vivieron los últimos años
de Luciano. Son los que Luciano hubiera querido que fueran. Con ellos sacamos
adelante dos objetivos sinérgicos y ambiciones: mantener viva la memoria de
Luciano en el mundo e interceptar a los jóvenes talentos emergentes de la
lírica. Hoy existe la necesidad de enfrentarse para entender las emociones. No
siempre basta con tener una voz bonita, es necesario entrar en el acorde
preciso, comprender este tiempo. Estos jóvenes viajan por el mundo, se dan a
conocer a los agentes e inician así una carrera importante», precisa Mantovani.
Todo comenzó en 2008 con el primer gran evento en Petra, Jordania, junto a
muchos amigos del maestro: José Carreras, Plácido Domingo, Laura Pausini,
Jovanotti, Sting. Después siguieron decenas de iniciativas en Italia y
en todo el mundo: Omán, Túnez, Indonesia, Corea del Sur, Suiza, Gran Bretaña,
China y muchos más países. «Luciano siempre fue muy querido en el extranjero
porque tenía la capacidad de llegar al alma de la gente, además de poseer una
voz bellísima e incomparable. En algunos países del mundo era considerado un
monumento nacional. Estuvo de gira durante más de cuarenta años. Una vida de
viaje», recuerda Mantovani.
La Casa Museo. Del mundo a Italia, ida y
vuelta. Con esa brújula orientada siempre a Emilia-Romaña, su tierra, su casa,
su gente. Un vínculo inquebrantable que hoy se explicita en la Casa Museo,
abierta desde 2015 con ocasión de la Expo y visitada aún hoy por más de un
60 % de turistas internacionales, con Japón y China a la cabeza. «Luciano
siempre fue un embajador de Italia y de la Emilia-Romaña. Su gran pasión por la
cocina emiliana se percibía incluso en los viajes de trabajo: en la maleta
siempre había sitio para productos típicos de la tierra. Pero su apego por
Módena lo atestiguan todos los «Pavarotti&Friends» que se han quedado en la
capital emiliana, a pesar de las diferentes ofertas llegadas de todas las
partes del mundo», recuerda Mantovani. La Fondazione decidió crear una especie
de monumento permanente de la vida del Maestro Pavarotti, transformando la
villa modenesa, su última residencia, en este museo. La Casa Museo, abierta
todos los días de 9:00 a 18:00, es la residencia donde pasó sus últimos años de
vida. Nos encontramos en el número 6 de Stradello Nava. Es el lugar que había
comprado a mediados de los años ochenta, en aquellos espacios en los que había
cultivado su pasión por los caballos, construyendo establos y abriendo una
escuela de equitación. La villa está diseñada siguiendo las indicaciones y los
planos que Pavarotti facilitaba a los arquitectos y a los técnicos que la
construyeron. Muchos objetos fueron realizados por herreros, carpinteros,
talladores y decoradores procedentes de toda Italia, que crearon productos
únicos.
Además del artista,
está el hombre. Este es el objetivo de la Casa Museo: contar la historia y el
valor de la persona. Hoy, la visita incluye una visita guiada al interior de la
residencia, que permite descubrir al tenor bajo la luz más íntima y cálida de
sus estancias, acercarse a su memoria admirando sus objetos personales,
conociendo sus hábitos cotidianos, descubriendo al hombre casero tras el
artista. Se pueden admirar los trajes de escena a los que tenía cariño, las
fotografías y los vídeos que marcaron su amplia carrera, los innumerables
premios y reconocimientos, las correspondencia epistolar con los grandes del
mundo. «Visión y personalidad: esta casa representa un viaje por la vida del
cantante, pero también por la del hombre. Acercarse al mundo de Pavarotti
cruzando el umbral de su hogar no solo significa conocer la historia de uno de
los mayores artistas del siglo XX, sino mucho más», dice Mantovani.
Para los jóvenes talentos. Para todos los jóvenes que se acercan al canto lírico, el nombre de
Pavarotti sigue siendo un punto de referencia. «Toda su historia es fuente de
inspiración: desde sus orígenes en una familia campesina, un niño que conoció
la guerra y que, gracias a su talento, al sacrificio y al estudio constante, a
la devoción por su trabajo, consiguió convertirse en icono de un género
musical. De él también queda la atención por las generaciones del mañana. Por
otra parte, Luciano enseñó canto de forma gratuita durante toda su vida»,
recuerda Mantovani. Hoy, los jóvenes cantantes
seleccionados por la Fondazione ya han participado en numerosos conciertos en
Italia y en el extranjero, cosechando un gran éxito de público. Un futuro
luminoso en nombre del maestro.
https://podcast.confindustriaemilia.it/
Leer las otras entrevistas