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FARE INSIEME - Ep. 108 - Alea Evolution, los pies en la tierra y el corazón que late con fuerza de los enólogos competentes y apasionados

«Nosotros somos capaces de apostar también por un producto único, creado a medida para nuestros clientes»

13/02/2023

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A principios del siglo XXI, nació en Molinella, en el área metropolitana de Bolonia, una sociedad formada por enólogos, técnicos especializados en la producción del vino. Alea Evolution trabaja en los mercados internacionales y en 2022 alcanzó los cuatro millones de euros, registrando un crecimiento del 10 %. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Stefano Gulinelli, director ejecutivo de Alea Evolution

de Giampaolo Colletti
@gpcolletti

Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero

«El vino es para el alma lo que el agua es para el cuerpo. El vino, especialmente en Italia, es la poesía de la tierra». Lo escribió Mario Soldati, protagonista de la literatura italiana del pasado siglo y enamorado de ese fruto de la tierra contenido en una buena copa de vino. Hoy, sin embargo, en torno a la cultura enológica se hibridan tradición e innovación, saber y tecnologías evolucionadas. Y esta es la clave para comprender una historia empresarial nacida en Emilia-Romaña y que hoy escala los mercados de todo el mundo. Todo parte de la idea de dos enólogos, Enrico Bortolini e Gianpaolo Gulinelli, que desde hace más de dos décadas se mueven en el mundo de los coadyuvantes tecnológicos y de las biotecnologías aplicadas al buen vino y a la buena comida y que a principios del siglo XXI decidieron ponerse manos a la obra. Así, en 2009, nace Alea Evolution, sociedad dedicada a ofrecer coadyuvantes, aditivos y biotecnologías para uso alimenticio y enológico. Nos encontramos en Molinella, pueblo de poco más de quince mil habitantes situado en el extremo nororiental de la ciudad metropolitana de Bolonia. Ese nombre, Molinella, nace precisamente de la presencia de numerosos molinos de agua, muy comunes antiguamente, pero hoy casi desaparecidos. Pero aquí no hablamos de agua, sino de vino. Y de mucha investigación. Porque en Alea Evolution - empresa cuyo equipo cuenta hoy con una veintena de personas entre empleados y agentes que componen la red de venta - todo gira en torno a la investigación. 

El trabajo con los clientes. La sociedad trabaja en los mercados internacionales y entre sus clientes cuenta con empresas vitivinícolas y productores de vino obteniendo un volumen de negocio que en 2022 alcanzó los cuatro millones de euros, con un crecimiento del 10 % en los últimos tres años. «Nuestra empresa está compuesta por enólogos, técnicos especializados en la producción de vino con una larga experiencia y altas competencias técnico-profesionales. Todo parte del deseo de ofrecer a diario a nuestros clientes ideas y soluciones relacionadas con los problemas que se pueden encontrar a lo largo de la cadena de producción», cuenta Stefano Gulinelli, enólogo dedicado desde hace tiempo al sector enológico para controlar todos los aspectos de la cadena de producción. Hoy se ocupa principalmente de la producción de coadyuvantes alimenticios y es director ejecutivo de Alea Evolution. «La atención al cliente y la investigación constante son los valores en los que se basa nuestra sociedad y que nos han empujado a transformar nuestra pasión en una filosofía de trabajo que perseguimos a diario. Nuestro objetivo principal es convertirnos en un socio clave de todos aquellos que están a la búsqueda continua de nuevas tecnologías e ideas para optimizar y mejorar los procesos de producción y alcanzar nuevos estándares de calidad, sin perder de vista las características organolépticas del producto, que son la base de la tradición y de la cultura de nuestro país», precisa Gulinelli.

La obsesión por la investigación. La investigación, decíamos antes. Mucha, transversal, apasionada, en continua evolución. «Todos aquellos que producen vino de forma profesional están a la búsqueda de soluciones que les permitan optimizar los procesos de producción, tanto desde el punto de vista cualitativo como económico, maximizando los resultados. La investigación evoluciona a diario según los nuevos problemas que debe afrontar el mercado. La uva y el vino son productos que sufren continuos cambios a causa de la añada, de la temporada y de muchas otras variables. El análisis incesante de estos parámetros y la continua verificación en el laboratorio de la eficacia y de la reactividad de los principios activos en cada problema y en cada vino de nuestros clientes nos permite ofrecer siempre nuevas soluciones de altas prestaciones», dice Gulinelli. El departamento de calidad es imprescindible. Está compuesto por técnicos especializados en el mundo enológico y por otros profesionales del sector alimentario. Profesionalidad y pasión. Una vez más, la competencia necesaria se une al deseo de marcar la diferencia. «Porque en contraposición a un mercado que prefiere el producto estandarizado y uniforme, nosotros somos capaces de apostar también por un producto único, creado a medida para nuestros clientes», concluye Gulinelli. El mercado principal es Italia, pero en los últimos años Alea está registrando un creciente interés por parte de mercados enológicos europeos y mundiales, con los que se relaciona siempre del mismo modo: comprender las exigencias del mercado y del cliente. Y después estudiar las soluciones específicas, hechas a medida, como un sastre cosiendo un vestido. De esta manera, la empresa se acerca aún más a los clientes, es una compañera de viaje, casi una amiga del alma. Por otra parte, el vino ayuda. Así lo aseguraba Molière: «grande es la fortuna de aquel que posee una buena botella, un buen libro, un buen amigo».

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