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FARE INSIEME - Ep. 113 - Umberto Cesari, la pasión familiar por el vino, icono de una región

«Las palabras clave son respeto y calidad»

02/03/2023

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En las colinas de Castel San Pietro Terme nació en 1964 una empresa vinícola que hoy es una expresión de la excelencia de la región. Hoy, Umberto Cesari exporta vinos vendidos en 60 mercados del mundo, más de la mitad de ellos en Norteamérica. Pero en esta historia también está implicada una cámara acorazada, utilizada para otra cosa. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Gianmaria Cesari, director ejecutivo de Umberto Cesari

de Giampaolo Colletti
@gpcolletti

Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero

«Cuando estás contento, bebes para celebrar. Cuando estás triste, bebes para olvidar. Cuando no hay un motivo para estar triste o para estar contento, bebes para que algo suceda». Así escribía Charles Bukowski hace algo más de cincuenta años, más o menos cuando tomaba forma la intuición empresarial de Umberto Cesari. Para contar la historia de una gran empresa vinícola nacida en la segunda posguerra debemos partir de las sinuosas colinas de Castel San Pietro Terme, localidad de veinte mil habitantes del área metropolitana de Bolonia, que desde Emilia se extiende hacia Romaña. Porque la sana obsesión de Umberto Cesari siempre fue cultivar Sangiovese de calidad. Y esta misión la emprendió antes que los demás. Una visión que lo llevó a ser uno de los primeros que creyó en el potencial cualitativo de los vinos de Emilia-Romaña. De esta manera, Umberto Cesari, a principios de los años sesenta, decidió fundar la empresa que aún lleva su nombre y dedicar todos sus esfuerzos a valorizar las uvas del territorio. De hecho, fue el primer productor privado de la región y consiguió combinar la alta calidad de sus productos con una distribución internacional. La empresa se encuentra aún hoy en aquellas primeras colinas, distribuida entre la sede principal y la de producción, recién reformada. Ha recorrido un largo camino: Umberto Cesari cuenta en la actualidad con cincuenta empleados y distribuye productos en 60 mercados, un 60 % en Norteamérica, seguido de Europa. «El factor principal que caracteriza a todas las personas de la empresa es la dedicación y el sentido de pertenencia, junto al respeto recíproco y por las normas.  Además de todos los esfuerzos que hacemos y haremos por respetar los valores de sostenibilidad e innovación en cada fase de nuestro trabajo, hemos decidido suscribir un código ético interno. Un documento esencial para nosotros con respeto a la ética, organización y decisiones de gestión», afirma Gianmaria Cesari, director ejecutivo de Umberto Cesari, tercera generación a la cabeza de la empresa. 

Historia de una visión. Pero para entender el ADN de esta empresa debemos dar un salto en el tiempo. Incluso más de uno. «Mi abuelo Ilario Cesari, un trabajador siempre histriónico, en la Italia de comienzos de la posguerra trabajaba vendiendo vino a granel y era conocido como el que iba a por el vino al banco. Os explico por qué. En aquel entonces, en nuestra zona, un territorio que trataba de recuperarse con dificultad de la guerra, no se quería renunciar a un elemento cultural clave, como es el vino. La intuición genial fue una mezcla de coincidencias que se alinearon. Porque el abuelo Ilario decidió conservar el vino, que después se vendía a granel, en ambientes con una humedad y temperatura ideales. Y junto al lugar donde llevaba la contabilidad había un banco cuyo exterior había sido bombardeado, pero que conservaba intacta la cámara acorazada. De esta forma, decidió guardar las garrafas en aquel lugar que permitía una conservación ideal», recuerda Gianmaria Cesari. Para contar esta historia de excelencia, debemos trasladarnos desde las colinas al centro de Bolonia, bajo las Dos Torres. Porque en via d’Azeglio, que aún hoy conduce a las colinas, en concreto en via Carbonesi, Ilario Cesari inauguró una de las primeras tabernas que en aquella época eran lugares muy frecuentados: así fue como la unión del buen vino y de la buena comida transformó ese punto de encuentro en un área muy valorada. «Mi padre, Umberto, creció con el aroma del vino, se apasionó por la materia prima y durante un tiempo ayudó a mi abuelo. Después decidió desarrollar la venta de vino a granel y adquiere el primer viñedo. Así comenzó la historia de la empresa Umberto Cesari. Tanto el abuelo, Ilario, como el padre, Umberto, eran visionarios en un país que lentamente trataba de dejar atrás la crisis económica. Aún hoy, la nuestra es una empresa que, como muchas otras del sector, nace de la pasión, un elemento muy importante de nuestro trabajo», precisa Gianmaria Cesari.

La clave del éxito de la investigación. Desde siempre, se ha prestado atención a las uvas de la zona, complementándolas con variedades internacionales a lo largo del tiempo. Para Umberto Cesari, las tecnologías innovadoras son fundamentales y las competencias profesionales van al mismo ritmo. «Para nosotros, la búsqueda de la plena expresividad del territorio pasa por la experiencia, moderada por una aplicación constante de las más modernas tecnologías, solo y cuando se necesita. Una tecnología únicamente al servicio de la calidad», cuenta Cesari. El laboratorio de última generación nos permite ser autónomos en cada fase del proceso de producción: desde el análisis de las uvas hasta el producto final, ahorrando tiempo y costes. Aquí se llevan a cabo a diario todos los análisis y controles que permiten garantizar la perfecta calidad de nuestros vinos. Las palabras clave son respeto y calidad. «El respeto por el medioambiente y por las personas para valorizar el territorio y quienes trabajan en él. La innovación está siempre al servicio de la calidad del producto y de los trabajadores y se mira de cara al futuro, pero siempre respetando la tradición y nuestra identidad. Hoy, el 30 % de nuestros viñedos es biológico», precisa Cesari. A lo largo de los años, la empresa ha seguido invirtiendo el 10 % del volumen de negocio para mejorar y actualizar todas las herramientas que permiten unos plazos con respectos a los viñedos y la bodega. Por ejemplo, hoy contamos con sondas de detección para supervisar la sequía. Pero para Gianmaria Cesari el elemento más importante de los próximos diez años está relacionado con el marketing territorial. «Seguimos dando a conocer los vinos recordando que Emilia-Romaña es el secreto mejor guardado de Italia. A diferencia de las otras regiones, la nuestra tiene viticultores de gran capacidad, terrenos extraordinarios y un microclima ideal. Solo falta dar a conocer este territorio».

https://podcast.confindustriaemilia.it/

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