Todo se remonta al antiguo nombre del río Po, es decir: Eridano. En la actualidad, Eridania tiene dos sedes principales en la región de Emilia: la comercial, en Bolonia, y la de envasado, en Russi, en la provincia de Ravenna: se trata de uno de los centros de envasado de azúcar más grandes de Europa, con capacidad para envasar hasta 130 millones de kilos al año. La empresa registra un volumen de negocio de 180 millones de euros y cuenta con una plantilla de 92 personas. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Alessio Bruschetta, director ejecutivo de Eridania.
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
El agua es oro azul. Bien lo sabían los antiguos, pero nosotros con frecuencia lo olvidamos, distraídos por otras cosas, y ya no comprendemos el poder vivificante del agua, que genera vida. Pues bien, el nombre de la empresa de la que vamos a hablar tiene que ver con el agua como elemento primario, pero también como plataforma de navegación. Eridania, excelencia italiana en el sector de la producción y comercialización del azúcar, debe su nombre a Eridano, el antiguo nombre del río Po, así como dios fluvial de la mitología griega. Después de todo, es en torno a los ríos donde se desarrollaron, con el paso de los siglos, la mayor parte de las azucareras en Italia y en el mundo.
Historia de un mito. Pero volvamos a Eridania. Todo empezó en 1899, en Genova, trabajando en equipo, cuando nada menos que doce socios decidieron fundar la Società Anonima Eridania Fabbrica di Zuccheri. La misión estuvo clara desde sus primeros pasos: producir y comercializar azúcar en toda la península. La primera azucarera surgió en Codigoro, un pueblo de doce mil habitantes en la provincia de Ferrara, de los ligados al delta del Po. Poco después, al presidente Davide Sancristoforo le sucedió Giovanni Battista Figari, quien estuvo al timón de la empresa durante trece años. A Figari se debe la adhesión a la primera asociación de categoría: la Unione Zuccheri (la Unión Azucarera). Una vez más, es el equipo lo que marca la diferencia. Los años veinte fueron testigos de una reforma de las instalaciones existentes y la adquisición de otras nuevas: se abrieron refinerías, azucareras, destilerías y otras plantas de producción. Pasando por una serie de cambios en la estructura de la sociedad, llegamos a los años ochenta, más concretamente al año anterior. En efecto, fue en 1979 cuando Eridania pasó al Grupo Ferruzzi y luego al coloso azucarero Béghin Say, la histórica sociedad francesa fundada ni más ni menos que por Napoleón. Al alba del nuevo milenio, Eridania posee el control de más del 55 % de la producción italiana de azúcar y el 15 % de la europea. Pero la década de 2000 trajo consigo grandes cambios para el sector azucarero: empezó la reforma de la normativa que llevaba cincuenta años regulando el mercado. Y será la base de grandes revoluciones dentro del sector en Italia. «En aquellos años, hablar de azúcar era hablar de Eridania. Además de introducir innovaciones tecnológicas para simplificar las labores, fue la primera en dedicarse al desarrollo de la marca y los servicios en el sector azucarero. En este escenario, Eridania fue encaminándose cada vez más al crecimiento de la edulcoración en Italia e introdujo novedades de producto y de marketing, entre las que destacan: la introducción del color rojo, que sugiere energía, pasión y vitalidad, y el lanzamiento de productos de referencia exclusivos como Zefiro y los azúcares de caña», recuerda Alessio Bruschetta, director ejecutivo de Eridania, quien llegó hace nueve años tras una larga experiencia en una multinacional estadounidense. En 2003, la empresa pasó a ser Eridania Sadam SpA, adquirida por el grupo Industriale Maccaferri, de Bolonia, con nada menos que siete plantas de producción a disposición. Fue en el año 2007 cuando se cerró un acuerdo con la inglesa Tate & Lyle, uno de los principales productores mundiales de ingredientes para la industria alimentaria y de azúcar en Europa. En 2011, el grupo francés Cristal Union, cuarto productor de azúcar europeo, entró a formar parte de la sociedad, para luego adquirir el 100 % en 2016. «Lanzamos importantes novedades de producto en el mercado, como los edulcorantes. Hoy contamos con más de 9.000 socios cooperadores y 10 azucareras y somos el cuarto grupo europeo», precisa Bruschetta. La empresa tiene dos sedes principales en la región de Emilia: la comercial, en Bolonia, y la de envasado, en Russi, en la provincia de Ravenna: se trata de uno de los centros de envasado de azúcar más grandes de Europa, con capacidad para envasar hasta 130 millones de kilos al año. Eridania registra un volumen de negocio de 180 millones de euros y cuenta con una plantilla de 92 personas. «A nivel de mercados, desarrollamos cerca de la mitad de nuestro valor en el canal minorista, donde somos los líderes en el mercado de edulcorantes, mientras que el resto se desarrolla para la industria, con grandes clientes repartidos por el territorio italiano», precisa Bruschetta.
Una historia plural. El éxito se debe al equipo de profesionales, diseminado por doquier en Italia y en el mundo. Un equipo compuesto por personas apasionadas, competentes, resilientes. En la actualidad, Eridania forma parte del grupo Cristal Union, una cooperativa que cuenta con más de 9.000 agricultores y que constituye el cuarto productor de azúcar a nivel europeo. «Precisamente para valorizar la aportación de todos los actores y los procesos que tienen lugar en nuestra cadena de suministro, hemos decidido medir la huella de carbono de nuestro producto Classico —se trata del paquete de 1 kilo, emblema de la empresa— con el fin de facilitar a nuestros clientes y consumidores una fotografía transparente del impacto medioambiental del mismo. Y así es como hemos podido medir también los resultados obtenidos en los últimos años, que justo son fruto de las decisiones tomadas con respecto a la cadena de suministro y la producción: concretamente hemos calculado que en la producción de nuestro paquete de azúcar Classico de 1 kg hemos reducido las emisiones de CO2 un 35 % respecto a las de hace siete años y hemos limitado el consumo de agua en una cantidad equivalente a 500 piscinas olímpicas cada año. Además, hemos introducido el uso de energía 100 % de fuentes renovables para nuestra planta de envasado de Russi», dice Bruschetta. Desde la región de Emilia-Romaña para el resto de Italia y el mundo entero. «Intentamos llevar por el mundo los aspectos que nos caracterizan: nuestra creatividad y nuestro espíritu de innovación, en un intercambio continuo de información con nuestros socios comerciales», precisa Bruschetta.Mientras tanto, Eridania ha recibido la condecoración como Marca Histórica de Interés Nacional por parte del Ministerio de Fomento italiano: se trata de un reconocimiento que se le otorga a marcas con un mínimo de cincuenta años de historia en Italia y que han guiado el cambio cultural interpretando las tendencias de consumo. «Nuestras empleadas y empleados son el recurso más importante de nuestra empresa. Somos el resultado de una equilibrada combinación entre profesionalidad del personal e innovación. El reto es ser atractivos para las nuevas generaciones y saber percibir en ellas los valores que comparten con nosotros. De ahí nuestro empeño en temas de gran atención para las nuevas generaciones, como la sostenibilidad medioambiental», concluye Bruschetta. Innovar siguiendo la tradición, trabajando en los valores y la organización. En un mundo frenético y de corta memoria, hace falta valor para ser coherentes.
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