Es un embajador del sector italiano de la mecánica en el mundo. En Villanova di Castenaso, en la provincia de Bolonia, hace sesenta y cinco años nacía Poggi Trasmissioni Meccaniche. Innovación, investigación, calidad y esa capacidad de dar respuesta a cualquier exigencia con labores de mecanizado a medida. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Andrea Poggi, presidente de Poggi Trasmissioni Meccaniche
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
Hay años que constituyen hitos en la trayectoria de las empresas. En la que estamos a punto de contar, el año que hizo historia fue 1958. Por aquel entonces, había quien trabajaba duro en Villanova di Castenaso, un pueblo de algo más de dos mil habitantes en la zona metropolitana de Bolonia, situado a unos diez kilómetros de las famosas Dos Torres. Aquí, a finales de los años cincuenta, se fundó una joya de la industria mecánica, en este trocito de tierra en Emilia-Romaña, que rezuma pasión y entrega en el trabajo. Aquí, Pierluigi Poggi dio vida a la primera alma de la empresa, de la que él era el único empleado. Nos hallamos en un pequeño sótano de Villanova, que no tardará en hacerse grande como el mundo entero, porque a día de hoy Poggi Trasmissioni Meccaniche cuenta con una plantilla de 55 personas y genera un volumen de negocio de 9 millones de euros, con un crecimiento de +30 % respecto al año anterior. Sus productos se distribuyen el 65 % en Italia y el 35 % en el extranjero. En la actualidad la empresa opera en 40 países, entre los que están Alemania, Francia y los países de Europa Occidental. Al timón se halla la nueva generación, con tres hermanos muy unidos y enamorados de la empresa de familia. Fiorella Poggi se ocupa de las finanzas, la administración y las políticas relacionadas con los recursos humanos, Gabriele Poggi se ocupa de la producción para el mercado italiano y Andrea Poggi, por su parte, lleva los abastecimientos y la exportación. Su fuerza reside, desde siempre, en el distrito, pues Poggi empezó colaborando con otras empresas de mecánica y metalmecánica de la zona de Bolonia. «Tenemos unos fuertes lazos con la tierra de Emilia, que nos vio nacer. Es una enorme ventaja estar en este territorio, porque se sigue un planteamiento de cadena de suministro en el que los abastecimientos se ven simplificados, aunque las empresas competidoras están siempre en pie de guerra y cuesta dar con personal especializado que contratar», afirma Andrea Poggi, hoy presidente de la empresa.
El ADN de la empresa. Competición, decíamos antes. Pero la verdad es que, con frecuencia, esta joya de la alta tecnología le gana la partida a las propuestas de alemanes y chinos. Tal vez porque la clave de su éxito reside en esa estrecha unión entre tradición e innovación. La gama de productos es amplia: correas y poleas dentadas, correas trapezoidales y poleas de ranura, reenvíos angulares y juntas mecánicas. En fin, se trata de todo lo básico para cualquier tipo de transmisión mecánica, esto es, el conjunto de órganos que trasmiten la potencia generada por un motor a un sistema mecánico. Son muchos, pues, los campos de aplicación que le han permitido llegar a ser un referente internacional. Innovación, investigación, calidad y esa capacidad de dar respuesta a cualquier exigencia con labores de mecanizado personalizadas: estos son los pilares de Poggi Trasmissioni Meccaniche. Luego está, sin duda alguna, el made in Italy. «Se empieza por las fases iniciales de diseño para después pasar a la producción y a las pruebas de calidad. Los logros alcanzados han sido posibles gracias a las continuas inversiones en investigación y desarrollo, así como a la optimización de los procesos, encaminados a garantizar la máxima calidad, eficiencia y seguridad», dice Poggi. La investigación, decíamos antes. Continuativa, concreta y, al mismo tiempo, visionaria; porque, para una empresa que mira hacia adelante, lo importante es escribir nuevos capítulos de su historia. «El mercado evoluciona constantemente y a veces hay que saber adelantarse a sus demandas. Con más de seis décadas de experiencia, logramos individuar también nuevas necesidades antes de que estas se manifiesten de manera evidente», precisa Poggi. Así, tenemos el banco de pruebas en el que se miden las prestaciones de los reenvíos angulares de la empresa, ideado en colaboración con la Universidad de Bolonia; está el avanzado sistema de recopilación de datos, que abarca desde el análisis de los trabajos efectuados hasta el perfecto seguimiento de cada pedido o la mejora de la eficiencia productiva, desarrollado en su totalidad por la misma Poggi, y también el parque de máquinas de última generación.
Personas y tecnología. Se abarcan mercados muy diferentes: envasado y empaquetado, alimentario, máquinas automáticas, naval. Un equilibrio constante entre capital humano y tecnología. «Desde trabajadores expertos y con competencias específicas hasta proyectistas capaces de transformar en artículos concretos cualquier tipo de exigencia y necesidad, así como figuras que consiguen convertir un aspecto crítico en una solución de alto valor añadido en términos de resistencia, duración, fiabilidad y calidad. No solo en el taller de producción, sino también en la comunicación con el mercado. Por ello, la empresa, en los últimos años, ha adoptado, en el Departamento de Tecnología de la Información, varias soluciones encaminadas a simplificar el intercambio de datos, reduciendo los errores humanos y los costes de gestión», recuerda Poggi. Funcional a efectos del primer aspecto es Traceparts, una plataforma en línea conocida en todo el mundo y diseñada para permitir que las empresas puedan compartir contenidos digitales 3D. «Gracias a este instrumento, los proyectistas interesados en un suministro no solo tienen la posibilidad de descargar los ficheros 2D y 3D de nuestros productos, sino que también pueden ponerse en contacto con nuestro Departamento de Ventas para solicitar y obtener cotizaciones personalizadas», precisa Poggi. Luego está Eolo, la plataforma de comercio electrónico en la que, una vez registrados, los clientes pueden comprobar en tiempo real la disponibilidad de productos en el almacén y sus precios. A día de hoy, cada etapa en la fase de producción cuenta con la maquinaria más moderna, para una automatización integrada. «Hemos ampliado nuestro parque de máquinas con unos centros de torneado de última generación. Para gestionar a la perfección la manipulación de los más de 23.000 artículos del catálogo y para acelerar la tramitación de los pedidos, hemos automatizado el almacén, ahorrando un 75 % en materiales y provisiones presentes. Los espacios se reducen y la productividad aumenta. Los consumos y el número de existencias acaban siguiendo una misma tendencia, lo que permite eliminar el exceso de stock en algunos artículos y lleva a una reducción de costes», concluye Poggi. Así es como la empresa consigue satisfacer las demandas de los clientes italianos e internacionales en tiempo real. Gracias a la tecnología y al capital humano, es posible escuchar verdaderamente al cliente.
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