Una
crisis inesperada. La vida en un «container». Y después una tragedia familiar
que se transformó en una oportunidad gracias a una restauración que duró diez
años y reescribió el futuro de una vivienda familiar histórica convertida hoy
en alojamiento. Nos encontramos en San Giacomo Roncole, a cuatro kilómetros de
Mirandola. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Angelica Ferri
Personali, titular de La Personala
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
En esta historia hay
un antes y un después, con un terremoto devastador como línea divisoria. Pero
esta historia también está hecha de circunstancias inesperadas, de ganas de
volver a empezar, de la necesidad de volver a pensar en el propio trabajo y, en
el fondo, en la propia vida. Nos encontramos en San Giacomo Roncole, a cuatro
kilómetros de Mirandola, localidad de veinticinco mil habitantes en la
provincia de Módena, famosa, a su pesar, en todo el mundo por culpa de un
terremoto que lo destruyó todo, redefiniendo ese antes y ese después. Aquí
se encuentra Villa La Personala. Una auténtica joya arraigada a la historia.
Pero retrocedamos en el tiempo. Concretamente a este 29 de mayo de 2012. El
segundo terremoto en Emilia-Romaña sobre las 9 de la mañana que provoca el
derrumbe de la torre que se erigía íntegra desde 1100 y la destrucción del
interior de la villa. «Hoy lo podemos contar porque estamos todos vivos de
milagro. Yo estaba trabajando en una empresa, mi madre estaba haciendo la
compra y mi padre estaba en el jardín». Así lo recuerda Angelica Ferri
Personali, titular de La Personala.
Vayamos por partes.
Una crisis inesperada. La vida en un «container». Y después una tragedia
familiar que se transformó en una oportunidad gracias a una restauración que
duró diez años y reescribió el futuro de una vivienda familiar histórica
convertida hoy en alojamiento. De esta manera las habitaciones se convirtieron
en suites para albergar a los huéspedes. De un episodio extremadamente
dramático, gracias al espíritu de sacrificio, la dedicación y la resiliencia,
nació un proyecto empresarial. Porque esta casa encierra toda la típica
hospitalidad emiliana. «En el fondo, la hemos transformado simplemente abriendo
las puertas de nuestra casa», cuenta Ferri Personali. Hay que darle la razón.
Aquí aún se respira un aire de familia. Y de historia.
La historia del linaje. En el
fondo, estas estancias, estos rincones, estos lugares rezuman historia e
identidad. Villa La Personala es la antigua residencia de los
condes de Ferri Personali. Desde 1100 ha pasado de generación en generación con
pasión y amor. Ahora se ha convertido en un alojamiento de lujo en el que
disfrutar de la experiencia de la cálida hospitalidad emiliana, manteniendo
intacto ese vínculo con la tradición. En el fondo, aquí se cuentan las gestas
de esta familia que se encontraba en Alemania en los tiempos de Federico
Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano, en pleno siglo XII. En aquella
época, también formó parte de las Cruzadas. Después, a mediados del siglo XIII,
sus descendientes cruzaron los Alpes y se establecieron en el norte de Italia,
concretamente en la localidad de Bedulita, Bérgamo, en el valle de Imagna.
Precisamente aquí, en el lejano 1308, tras haber fundado un pequeño
asentamiento, que aún hoy sigue existiendo con el nombre de «Case di Personé»,
fueron elevados al rango de condes por parte del emperador Enrique VII de
Luxemburgo, el mismo que recuerda Dante Alighieri en el Paraíso de su Divina
Comedia. La rápida multiplicación de los miembros del numeroso linaje obligó a
los fundadores de las diversas líneas a asumir diferentes apodos, muchos de los
cuales se convirtieron en apellidos. Es una forma de identificarse siendo
numerosos. Entre ellos está el de Personali, cuya rama se trasladó en 1472 a la
provincia de Módena, cerca de San Giacomo Roncole di Mirandola. En aquella
época aún no se había descubierto América. El apelativo de La Personala se
remonta al siglo XVI, procedente del apellido de los señores que la poseían,
que aún hoy aparece en los mapas toponomásticos de los ayuntamientos de
Mirandola y Cavezzo. Una residencia nobiliaria y una referencia para la
comunidad local: aquí se administraba la justicia ordinaria. En 1912, el conde
Guido Personali restauró toda la villa, que en los años noventa del siglo
pasado se convirtió también en un lugar para celebrar bodas y eventos. En 2011,
se casaron aquí Maddalena Corvaglia y el guitarrista estadounidense Stef Burns,
en una ceremonia oficiada por Vasco Rossi. La región y el ayuntamiento de
Mirandola, gracias a su intervención, permitieron que Villa La Personala comenzara
de nuevo.
El vínculo con el territorio. Food Valley, Motor Valley, Biomedical
Valley, pero también compras y
bienestar; estos son los puntos fuertes de esta maravillosa zona de Italia. Y
Villa La Personala ama profundamente el territorio sobre el fue erigida hace
más de mil años. «Creemos mucho en este
proyecto. Creemos que Emilia-Romaña es un reclamo turístico importante. Hace
tiempo solo se hablaba de la Toscana, pero nunca habíamos visto tantos turistas
como este año. Hoy veo un auténtico renacimiento gracias al turismo. Por
ejemplo, hoy pasa por Mirandola la vía ciclista Ciclovia del Sole, que une
Italia con Alemania. Un proyecto europeo fantástico», precisa Angelica
Ferri Personali. Esta es la famosa resiliencia emiliana, ese optimismo hecho de
visión y concreción. ¡La receta del éxito!
https://podcast.confindustriaemilia.it/
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