En ese periodo
de posguerra caracterizado por intuiciones brillantes y una incansable
resiliencia, nació una fábrica de cajas que marcó el sector industrial boloñés.
De las pioneras cajas de madera a las avanzadas de cartón ondulado. Retrato de
Scatolificio Schiassi y del mantra que tienen colgado en las paredes de su
sede: “Continuiamo a crescere”, seguimos creciendo. Para FARE INSIEME Giampaolo
Colletti entrevista a Silvia Magnoni, presidente y directora ejecutiva de Scatolificio
Schiassi
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
Cuando no se
encuentra un trabajo, hay que inventárselo. Un principio válido en la
actualidad, sin duda alguna, pero que a fin de cuentas era válido ya a
principios de la posguerra. Así, en aquella Bolonia que trataba de ponerse de
nuevo en pie entre temores y entusiasmo, el abuelo Giuseppe
Schiassi, por entonces en sus cuarenta, tuvo una intuición brillante: en un
periodo histórico marcado por la necesidad de mover continuamente bienes y
productos, ¿por qué no ponerse manos a la obra suministrando precisamente las
cajas que los contengan? En aquella época, los desplazamientos durante las
mudanzas se hacían con cajas de madera, y estas se hicieron populares gracias
también al cine. Hay que decir que Giuseppe Schiassi, antes de la guerra, era
responsable de Recursos Humanos de una fábrica de algodón. Pero cuando hubo que
retomar la vida normal, ya no había trabajo. Así que manos a la obra: Schiassi
siempre había sido un amante de la montaña y pasaba mucho tiempo con amigos de
familia en Val di Sole, en los Apeninos emilianos, ayudando con la cosecha y
fabricando artesanalmente las primeras cajas de madera para la fruta, pues ahí
la madera sobraba, y así es como empezaron los primeros estudios para optimizar
el embalaje. Dicho y hecho. La tienda abrió en 1952 en la calle Belle Arti, en
Bolonia, en esa zona universitaria conocida en todo el mundo. Un pequeño taller,
situado en el casco histórico, en el que se fabricaban, por tanto, cajas de
madera. De las cajas de madera se pasó a las de cartón, más ventajosas en
cuanto a volumen y más ligeras de transportar.
Retrato de la empresa. Así es como nació la fábrica de cajas
Scatolificio Schiassi, una empresa dedicada a los embalajes de todo tipo. En la actualidad, sus oficinas centrales se
encuentran en Villanova di Castenaso, en el área metropolitana de Bolonia, muy
bien conectada con las infraestructuras logísticas del territorio. «Nuestras
cajas viajan por todo el mundo, protegiendo su valioso contenido y ayudando a
la difusión del made in Italy. El sector del papel y del cartón en los últimos
años está experimentando un fuerte crecimiento por el impulso de la revolución
ecológica, que está concienciando a empresas y consumidores sobre el tema de la
sostenibilidad. Nuestra fortaleza reside en la estrecha labor sinérgica entre
la parte productiva de la empresa y la parte creativa, que nos permite
interpretar las exigencias del mercado respondiendo con soluciones de
empaquetado siempre prácticas, innovadoras y sostenibles para el medioambiente»
Así lo cuenta Silvia Magnoni, presidente y directora ejecutiva de Scatolificio
Schiassi. La evolución definitiva de la madera al cartón ondulado tuvo lugar
con la segunda generación, es decir, con los hijos de Giuseppe, Romana y
Gianni, quienes desarrollaron lo que entonces era el embrión de Scatolificio
Schiassi, transformándolo en una empresa estructurada y dinámica. “Continuiamo
a crescere”: seguimos creciendo, reza el mensaje pintado sobre la fachada
principal de las oficinas centrales. Después de todo, el equipo está formado
por 40 empleados y empleadas y su volumen de negocios anual supera los 10
millones de euros. Sus clientes son empresas industriales que operan en
sectores de todo tipo, empezando por el sector alimentario, que es su mercado
principal, para luego seguir con el metalmecánico, el electrónico, el químico y
farmacéutico, la decoración, la higiene, los cosméticos y la construcción. La
empresa ha estado siempre comprometida con la conversión de productos de
plástico en innovadoras propuestas de embalaje ecológico hechas de cartón
ondulado.
Productos
que marcan la diferencia.
Estamos ante una empresa que encarna la clásica unión entre tradición e
innovación. «Somos una de las empresas con mayor tradición en la industria de
las cajas en Bolonia. Nuestros valores siguen siendo los que nos ha legado la
familia Schiassi, ligados al empeño constante en la construcción de valor y en
ayudar a nuestro territorio. La innovación ha sido sobre todo técnica, es
decir, ligada a los procesos y al potencial productivo, pero también ha habido
un gran redescubrimiento del embalaje de cartón ondulado, que ha pasado de ser
un mero contenedor para la protección de la mercancía a un auténtico vehículo
de comunicación capaz de influir en las decisiones de compra del consumidor
final, y en su percepción de la marca», precisa Magnoni. Así pues, el cartón
ondulado es para la empresa algo así como el testigo que se pasa en las
carreras de relevos: ha sido el símbolo del cambio generacional. Así lo cuenta
Silvia Magnoni: «Para nosotros constituye una verdadera fuente de inspiración
por sus características, que hacen que sea extremadamente versátil e idóneo
para resolver las exigencias que plantean los envases. Es un material que puede
dar forma tanto a embalajes robustos, con grandes prestaciones técnicas, como a
cajas de vocación estética, cautivadoras, con impresiones en colores ecológicos
a base de agua. En fin: con el cartón ondulado es posible hacer verdaderamente
de todo, como lo demuestra la cada vez más amplia difusión de elementos de
decoración y diseño fabricados con este material». Todo se lleva a cabo en la
sede central: aquí se reciben, procedentes de las papeleras, las láminas de
cartón ondulado precortadas, listas para ser transformadas en embalajes. El
proceso de elaboración es altamente automatizado y está conectado en tiempo
real con el software de gestión con el que se supervisan los procesos de
producción. Además está el Schiassi Lab, un laboratorio equipado donde el
Departamento Técnico se dedica al diseño y al control de la calidad. No se deja
nada al azar cuando se trata de hacer las cosas bien.
https://podcast.confindustriaemilia.it/
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