Bienvenidos
al distrito biomédico de Mirandola, una pequeña ciudad de menos de veinticinco
mil almas al norte de Módena. Tierra de talentos con raíces profundas y la
capacidad de exportar excelencias por doquier en el mundo: en esta área
dedicada a la alta tecnología, se encuentra B. Braun. Una historia de
investigación, innovación y, sobre todo, escucha. Para FARE Insieme, Giampaolo
Colletti entrevista a Giuliana Gavioli, vicepresidente sénior de I+D de B.
Braun Avitum
di Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Hay historias que
tienen un antes y un después. En el medio, como un hito, experiencias a menudo
dolorosas y que se pueden afrontar solo con el respaldo de las personas y el
trabajo en equipo. Es más: con el trabajo coparticipado de varios equipos. En
el fondo, eso es lo que vivió B. Braun en Italia con el drama del terremoto que
afectó a la región de Emilia hace ya casi diez años. Este coloso mundial nacido
en Alemania y presente hoy en 160 países de todo el planeta con más de cuarenta
sociedades, se enfrentó en primera persona a la ruptura misma del seísmo en la
región de Emilia. Y lo hizo con valentía y determinación. «Después de todo, los emilianos se caracterizan por saber
aprovechar los acontecimientos, incluso las situaciones más difíciles y
angustiosas, transformándolas en una oportunidad. En lugar de abatirnos,
decidimos poner aún más empeño y pisar el acelerador», afirma Giuliana Gavioli,
vicepresidente sénior de I+D, quien lleva trabajando en la empresa desde 1991.
Estamos en el distrito biomédico de Mirandola, una pequeña ciudad de menos de
veinticinco mil almas al norte de Módena. Tierra de talentos con raíces
profundas y la capacidad de exportar excelencias por doquier en el mundo: en
esta área dedicada a la alta tecnología, se halla lo mejor del sector
biomédico. Y entre sus muchas empresas, se encuentra B. Braun, que se ocupa
desde siempre de sistemas terapéuticos para hemodiálisis, diálisis para
pacientes agudos y aféresis. Es también uno de los mayores proveedores
mundiales de sistemas para el tratamiento extracorpóreo de la sangre, con una
gama completa que abarca la actividad de investigación y desarrollo, la
producción y la terapia en el paciente, gestionando incluso su propia red de
centros de diálisis. En este distrito de Mirandola emplea a más de 250
profesionales.
De Alemania a Italia. El grupo en realidad
fue fundado en 1922 en Alemania, concretamente en Melsungen, una pequeña ciudad
de origen medieval de quince mil habitantes situada en el land de Hessia, en el distrito electoral de Schwalm-Eder. La
sucursal abierta en Italia fue la primera en el extranjero. A día de hoy, las
sociedades del grupo en nuestro país son cuatro, con un total de más de
setecientos profesionales y un volumen de negocio agregado de más de 258
millones de euro anuales. Está B. Braun Milano, que se dedica a los productos y
servicios para anestesia, medicina intensiva, nutrición artificial, terapia de
infusión, cirugía, cardiología, medicina general, cuidados domiciliarios,
medicina dental y veterinaria; está B. Braun Avitum Italy, con servicios e
instalaciones centradas concretamente en diálisis; luego está ATS Italia, que
ofrece soluciones avanzadas relacionadas con el mantenimiento para la cirugía,
y por último está B-Pack, líder en la fabricación de embalajes primarios y
secundarios para el sector médico y alimentario. Es la última empresa en
llegar, fruto de una adquisición reciente. Y que es señal de un incesante
proceso de evolución. «Innovar es un
imperativo, y hacerlo empezando por las personas, algo necesario para crecer
mejor», precisa Gavioli. Pero volvamos a la planta de producción del distrito
de Mirandola, la especializada en diálisis y plasmaféresis, esto es, en
servicios esenciales para la supervivencia de algunos pacientes. A partir de
2007, la sede de Mirandola es la que pasó a ser Centro de Excelencia para el
diseño y desarrollo de líneas de sangre, kits, recipientes, accesos vasculares
y catéteres de la unidad de negocio Avitum.
La experiencia del terremoto. Una vez
más, Mirandola. Pero ahora hablamos de caer y volver a ponerse en pie
rápidamente. Determinación, coraje, ganas de superación. Hay todo esto y mucho
más en la historia de las mujeres y de los hombres de B. Braun. Una historia
que se desarrolla en la pluralidad, pues ha afectado a una comunidad herida, en
efecto, pero solidaria y animada por las ganas de activarse. En mayo de 2012,
dos violentos terremotos golpearon la región de Emilia Romaña, especialmente la
zona de Mirandola, provocando daños significativos a la planta. Al cabo del
seísmo, los almacenes estaban llenos y la producción parada. Pero había
necesidad de volver a ponerse en marcha para dar voz a los 45.000 pacientes
bajo diálisis en el territorio italiano, abastecido en un 90 % precisamente por
las empresas del distrito de Mirandola. Pese a todo ello –o tal vez justamente
por ello– se logró poner de nuevo en marcha la producción y suministro de
equipamiento de cuidados vitales para pacientes y hospitales de Italia y del
extranjero. «No podíamos perdernos
en lamentaciones, no había tiempo. Tuvimos una respuesta increíble por parte de
nuestra plantilla y de la comunidad. Con la ayuda de los bomberos, apuntalamos
el edificio e ideamos una carretilla elevadora manejable por radiocontrol, como
la que se usa en entornos nucleares, y de esta forma vaciamos nuestro almacén
de manera segura. Fuera del edificio –inutilizable–, teníamos a disposición un
servidor y una persona con la memoria de historiales para seguir prestando
asistencia a los pacientes. Luego hubo también solidaridad por parte de
nuestros proveedores de la zona, que nos acogieron en sus sedes para que
siguiéramos trabajando. Entre las empresas del territorio que suelen definirse
competidoras, nos ayudamos mucho mutuamente. Trabajamos en equipo entre equipos
diversos, con un sentido de responsabilidad y pertenencia que va más allá de la
chaqueta de cada empresa», recuerda Gavioli.
Después, la
reconstrucción, iniciada ya desde el mes siguiente, es decir, en junio de 2012,
y el completamiento de las obras con nuevos laboratorios y un almacén
tecnológico. Todo realizado en solo siete meses, utilizando técnicas de
vanguardia y materiales de gran rendimiento en cuanto a seguridad y
sostenibilidad medioambiental. «¿Que
cómo fue posible? Pues porque apostamos por las personas. Pasamos por dos
terremotos a distancia de una semana uno de otro, el segundo especialmente
impactante. Los daños fueron estructurales e hicieron que las instalaciones
quedaran inutilizables. Pero por encima de todo hubo una tragedia humana, con
dieciséis muertes en nuestro territorio. Algunas cosas son muy difíciles de
olvidar. Del periodo inicial de la recuperación lo recuerdo casi todo, porque
el drama que vivimos no se puede borrar de la mente. Pero de los meses siguientes,
es decir, la vuelta a empezar, tengo un buen recuerdo. En parte por la
sensación de comunidad, no solo local y regional, sino italiana», dice Gavioli.
Un crecimiento continuo. En octubre de 2016, se inauguró una nueva área de
producción destinada a un innovador tipo de bolsas para nutrición artificial.
Dos años después, se terminó la construcción de un nuevo edificio de oficinas y
una tercera “sala blanca” con equipos avanzados para la producción de
recipientes especiales para un nuevo fármaco destinado al mercado americano.
Ayer,
hoy, mañana. Entre
pasado y futuro, bajo el signo de los valores. «Son los que marcan la diferencia, nuestra brújula. Nosotros hemos
mantenido nuestros valores, que son fundamentales. Después de todo, nuestro
lema es sharing expertise, compartir
conocimientos: la puesta en común se convierte en estrategia y nuestras
empleadas y empleados son vistos como embajadores del grupo. Los pacientes
siempre han sido centrales para nosotros y estamos constantemente en contacto
con ellos. La escucha es el factor decisivo». ¿Qué ha cambiado con el tiempo?
Gavioli no tiene duda. «Todo, y muy
rápidamente, tanto que me sorprende hasta a mí. Trabajando en esta empresa he
aprendido mucho sobre varias facetas de la automatización industrial y la
digitalización. Todo lo relacionado con esta última ha transformado la empresa.
Hoy tenemos nuevas naves industriales ecosostenibles en este distrito biomédico
de la región de Emilia que es una joya en el mundo».
https://podcast.confindustriaemilia.it/
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