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FARE INSIEME - Ep. 36 - Emiliana Serbatoi, saber anticipar las revoluciones de mercado para marcar la diferencia

«El futuro está hecho de tecnología, sostenibilidad y competencias»

17/03/2022

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De pequeño taller mecánico surgido en los años 80, a empresa de alcance internacional en la fabricación de tanques y sistemas de almacenamiento, transporte y distribución del carburante, además de sistemas de control y gestión de suministros. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Gian Lauro Morselli, presidente de Emiliana Serbatoi

di Giampaolo Colletti
@gpcolletti

Si hay un indicio por el que identificar a las empresas de excelencia, las que componen el mosaico ganador del tejido productivo italiano, este reside en la capacidad de saber leer antes que los demás las señales, al principio débiles, luego cada vez más fuertes, del mercado, esto es: intuir las revoluciones, que inicialmente se detectan en pequeñas evoluciones. No se trata solo de genio y fortuna, sino de escucha y estudio del riesgo y la oportunidad. En el fondo, es esa la historia de Emiliana Serbatoi, una empresa de Módena que se ocupa de la fabricación de tanques y sistemas de almacenamiento, transporte y distribución del carburante, además de sistemas de control y gestión de suministros. Una empresa líder a nivel internacional, que sin embargo arrancó en 1985 como pequeño taller mecánico en el primer extrarradio de Módena. «Contando con la experiencia anterior de mi padre Giancarlo, nos especializamos en el sector de los tanques por gravedad, pero estaba claro que las normas iban a cambiar pronto y que los procedimientos y modalidades en materia de carburantes iban a reglamentarse en mayor medida», afirma Gian Lauro Morselli, la persona a la cabeza de la empresa de familia creada en 1983 junto al padre, quien por entonces era carpintero metálico. «Papá Giancarlo soldaba y montaba, mientras yo le echaba una mano, pintando por ejemplo los tanques; pero sobre todo, gracias al ánimo comercial que me caracterizaba, me recorría toda Italia en coche para proponer y dar a conocer nuestros productos», recuerda Morselli, quien llegó a convertirse en empresario con veintiún años, desde cero y con mucho trabajo a sus espaldas sobre el terreno. No mucho después, las cosas iban a cambiar de verdad: con el decreto ley de 1990, en efecto, entraba en vigor en Italia una norma más estricta en materia de almacenamiento de carburantes. El objetivo: evitar daños al medioambiente y, por tanto, garantizar la seguridad de todo tipo de tanques.  Pero por entonces la empresa se había organizado ya para dar respuesta a los nuevos estándares a nivel nacional e internacional.  

Empresa de alcance mundial.
«Con el mercado italiano que no tardó en saturarse, apostamos por la exportación, sobre todo a Europa, pero también adentrándonos en varias otras regiones, como los Estados Unidos, Escandinavia o Emiratos Árabes. Empezamos a fabricar tanques de distintos materiales, de plástico y acero, y de todo tipo de tamaños, con el fin de diversificar la producción», precisa Morselli. Una empresa global, pero con un fuerte espíritu de identidad local, que tiene, pues, las raíces bien plantadas en el territorio de Módena, pero con la ambición de poner la mirada más allá. No por nada, su sede central de Campogalliano, a pocos metros del primer peaje de la autopista A22, es una puerta abierta hacia Europa y, en el fondo, como una feria de exposiciones para Emiliana Serbatoi, que se trasladó a esta sede, recientemente ampliada, en 2001. Veinte años después, en 2021, su volumen de negocio ha superado los 32 millones de euros, desmarcándose en casi 6 millones de euros respecto a 2020. La empresa cuenta con una plantilla de cien personas. Además tiene otra sede en San Donà de Piave, una ciudad de cuarenta mil habitantes en el área metropolitana de Venecia. En esta se opera desde 2013 llevando a cabo una parte de la producción, la dedicada a la fabricación en bruto de los tanques de acero, que luego son acabados en la sede principal ubicada en la zona de Módena, donde se instalan, por ejemplo, los grupos de bombeo. El volumen de negocio generado en el mercado italiano llega al 56 % del total, el resto de ventas se desarrolla en los mercados internacionales: en Europa se concentra el 75 % de las ventas efectuadas en el extranjero. «Nuestro cliente principal, desde nuestros comienzos y durante los primeros quince años, era el clásico revendedor de productos petrolíferos. Así que empezamos con los tanques para enterrar, pero cambiamos mercado enseguida, apuntando también a los sistemas de suministro para vehículos operativos, después con cisternas tanto de almacenamiento como de transporte. Hemos intentado estudiar dichos sistemas, replanteando el suministro en términos de seguridad con tanques tecnológicamente avanzados y seguros, sobre todo anticontaminación. También en esta fase histórica tan difícil, en la que la materia prima energética está por las nubes, nos mantenemos con firmeza. Somos fuertes gracias a las decisiones tomadas en materia de innovación en los años pasados», dice Morselli.    

La oportunidad de la economía circular.
Vuelve como una obsesión esa capacidad de adelantarse, de captar las señales de cambio que, partiendo de las normas, reverberan sobre el mercado. Hoy cuenta todo lo relacionado con la economía circular y la necesaria revolución verde por la que el mercado de los transportes debe pasar. Un cambio histórico. «Nosotros nos hemos adelantado a esta economía circular, apostando por materiales y procesos sostenibles. Hemos afrontado el tema del medioambiente renovando ex novo el tanque. Me refiero al polietileno verde, que adoptamos ya en 2007 y cuyo empleo, en nuestro caso, ha llegado al 40 %», precisa Morselli. Acoger lo nuevo que llega y que marca un cambio en la forma de trabajar. Bien lo saben en Emiliana Serbatoi, en la que el cumplimiento de la normativa es total. Luego está el factor digital. Y es aquí donde, con el fin de replantear las plataformas de trabajo, los distintos departamentos se ponen manos a la obra, siendo el Departamento Técnico su buque insignia. Pero cuidado: no se trata de una búsqueda planteada como un fin en sí misma, sino que es puesta en relación con la parte comercial y con las necesidades de los clientes. También esta constituye la clave ganadora con la que desafiar a los mercados internacionales, la fuerte competencia extranjera, y triunfar. Un trabajo informatizado e integrado. Después de todo, el almacenamiento de líquidos, en particular de productos petrolíferos y alimentarios, comporta seguridad, calidad, control. Instalaciones innovadoras y capital humano. «Pero, si bien siento que el cambio tecnológico es la única vía, no dejo de pensar que el futuro es una mezcla entre la máquina y quien la enciende y la maneja», concluye Morselli. Una vez más, son las personas quienes marcan la diferencia. 

https://podcast.confindustriaemilia.it/

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