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FARE INSIEME - Ep. 40 - DNA, esas máquinas automáticas diseñadas a medida por los sastres de la mecánica

«Para ganar los retos del mercado, es obligado resolver problemas con inmediatez. Con el trabajo en equipo, todo es posible»

31/03/2022

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Nacieron en Finale Emilia, en la provincia de Módena. Pero desde esa tierra, que con valor y entrega afrontó también la fase más difícil del terremoto de hace diez años, tienen la mirada puesta en el mundo. Equipo joven, edad media de 32 años, y volcados con la innovación. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Viviano Pisa, fundador y socio único de DNA

di Giampaolo Colletti
@gpcolletti

Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero

Se definen como los sastres de las máquinas automáticas. «Cosemos cada vez un traje a medida para el cliente, buscando las mejores soluciones en función de tres pilares básicos: profesionalidad, organización y flexibilidad». Así nos habla de su equipo Viviano Pisa, fundador y socio único de DNA. Nos hallamos en Finale Emilia, un municipio de quince mil habitantes en la provincia de Módena, el situado más al este de la misma y uno de los que más sufrió aquel terremoto de 2012 cuya noticia dio la vuelta al mundo por los daños que causó, pero también por el denuedo con el que los emilianos lo afrontaron. «Finale Emilia fue el primer epicentro del seísmo. Tuvimos que reconstruir una parte del edificio, ponerlo en condiciones de seguridad, pero no nos detuvimos nunca. Aquella fase difícil fue además un aliciente para poner más empeño todavía y crecer. Por aquel entonces, el equipo estaba formado por 15 personas y con el tiempo la plantilla se ha multiplicado por diez, dando trabajo a la comunidad», precisa Pisa. En realidad, la historia de su hazaña está muy ligada en general a los tiempos difíciles, pero este empresario de 46 años, perito mecánico de formación y durante dieciséis años obrero en un taller de mecánica antes de emprender su carrera empresarial (la cual le ha llevado ha obtener también un posgrado en Márketing), ha experimentado sobre el terreno lo difícil que es hacer empresa. Pero la clave es probar a dar siempre lo mejor de sí mismos. Cuestión de tesón. Pero también de audacia. Así, en diez años de vida empresarial, Viviano Pisa y su equipo le han plantado cara al terremoto, a la crisis del euro, a la pandemia y ahora a la guerra. «Una situación crítica tras otra, pero hay una cosa que he tenido clara desde el principio: si hubiera estado solo sin duda habría tenido que parar, pero con el equipo hay siempre una solución a alcance de la mano», cuenta Pisa.  

Hacer empresa es hacer comunidad.
He aquí, pues, ese equipo de personas. Jóvenes, motivadas, competentes. Enamoradas de la empresa y de la tierra en que nacieron. Ciento ochenta integrantes con una edad media sobre los treinta años, comprometidas y comprometidos con el desarrollo de 7 sociedades por un volumen de negocio de 17 millones de euros, del que un 20 % es destinado a investigación y desarrollo. Se trata de una empresa de servicios que en 2022 sacará también tres productos propios y que ya hoy trabaja para grandes actores internacionales. «Nuestra fuerza es la flexibilidad: la clave ganadora es presentarse siempre con una buena dosis de adaptabilidad. Para ganar los retos de un mercado cada vez más complejo, es obligado resolver problemas con inmediatez. Todos aquellos que prestan servicios deben pensar de este modo, pero nosotros tenemos que hacerlo aún más», dice Pisa. Ser rápidos, manteniendo una calidad altísima. En DNA se dedican al montaje de máquinas automáticas y a veces fabrican cada una de las piezas, justo con ese enfoque de sastres que es el rasgo que caracteriza la empresa, como hemos dicho antes. Pero hay otro elemento que marca la diferencia. Y es el territorio. Viviano Pisa nació en Finale Emilia, todavía vive aquí. Al igual que su equipo, tiene la mirada puesta en el mundo entero, lo recorre, devora kilómetros, proyectos, ideas, pero la fuerza la encuentra en su tierra, en su gente. «Finale está lejos y al mismo tiempo cerca de Bolonia, Ferrara, Módena. Y en él siguen conservando los valores del pueblo de antaño. Ganas de empeñarse y de trabajar. Ganas de ser una comunidad. Mi territorio es como mi equipo del alma», dice Pisa. ¿El momento de mayor satisfacción?  

La fuerza del producto.
DNA presta servicios de ensamblaje, mantenimiento, instalación y puesta en marcha de máquinas automáticas, con particular atención en el sector del embalaje. Lleva a cabo soluciones a medida para sus clientes: se trata de proyectos mecánicos llave en mano o interviniendo por encargo en curso de producción, efectuados por personal cualificado y con maquinaria de última generación. Se necesita el cuidado de los detalles, la búsqueda obsesiva de la perfección, trabajo en equipo y mucho talento. Después de todo, el proceso de ensamblaje de piezas mecánicas para máquinas automáticas es una actividad compleja y muy delicada. No se puede improvisar: requiere gran experiencia y conocimiento de la materia prima. El montaje mecánico tiene lugar en la sede central de Finale Emilia, con el equipo de técnicos divididos en los departamentos eléctricos y mecánicos, o bien en las sedes de los clientes, llevando ahí el saber y la tecnología. Para este empresario emiliano, el reto más relevante es la venta de un producto que lleve por entero la firma de Dna. «Los retos los afrontas un paso tras otro, pero tienes que tener ambición, coraje. Confiar y tirarte de cabeza. En 2020, con la pandemia, nunca hubiéramos pensado poder llegar a fin de año, y sin embargo repetimos las mismas cifras que en 2019», concluye Pisa. Tener convicción en todo momento, no rendirse jamás. Porque en el fondo todo es posible.

https://podcast.confindustriaemilia.it/

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