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FARE INSIEME - Ep. 43 - Primamec, ese liderazgo difuso y triunfador en la tornería de nueva generación

«Flexibilidad y cercanía al cliente: las claves del éxito»

11/04/2022

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En los alrededores de Bolonia, nace una empresa ligada a la mecánica de precisión que replantea la forma de trabajar. Creación conjunta con los clientes, habilidades interpersonales, industria 4.0: la empresa registra un volumen de negocio de 9 millones y cuenta con una plantilla de 52 personas. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Alessandro Lupi, director ejecutivo de Primamec

di Giampaolo Colletti
@gpcolletti

¿Cambiarías de vida? Con esta pregunta tan sencilla, y sin embargo tan difícil de responder, una noche de hace seis años dio comienzo un nuevo capítulo profesional para Alessandro Lupi, ingeniero mecánico y mánager de larga trayectoria, que desde 2017 ha pasado a ser director ejecutivo de Primamec. Fue un amigo quien le propuso el cambio de vida, a él y, en el fondo, a la empresa. Pero se trata de un cambio bajo el signo de la continuidad, pues la historia se capitaliza y se convierte en gasolina con la que poner en marcha nuevos proyectos, ideas innovadoras, soluciones impensables. Y, a fin de cuentas, reescribir capítulos nuevos. Nos hallamos en Funo, una pedanía de Argelato de cinco mil habitantes situada en el área metropolitana de Bolonia, muy cerca de Bentivoglio. Aquí es donde está ubicada Primamec, empresa mecánica fundada en 1971 como fruto de la visión de Gianni Ricci. Por aquel entonces se llamaba Torneria Automatica Gianni Ricci y se encargaba del torneado en trabajos de mecanizado, llevando a cabo piezas de precisión bajo pedido. Tamaño artesanal, pero crecimiento constante con la innovación por bandera. Tal vez esta fue la receta ganadora al principio, al igual que en lo sucesivo, para ampliar la cartera de clientes, integrada por empresas de excelencia en los sectores de la hidráulica, la automoción y la maquinaria de movimiento de tierras y agrícola. La segunda vida de la empresa empezó en 2017, con el cambio de propiedad y con una misión encaminada ya a la obtención de resultados de primer nivel: diferenciar la oferta, ampliar los acuerdos con los clientes, mejorar los sistemas de gestión, apostar por la internacionalización. En fin, un salto en la gerencia en una empresa con raíces familiares. Esta registra hoy un volumen de negocio de 9 millones, cuenta con una plantilla de 52 personas –que en 2017 eran una treintena– y un 12 % de su actividad se centra en la exportación. «Me encontré con una empresa firme y hecha de profesionales competentes y apasionados. Ricci, con los años, la llevó de 0 a 5 millones de euros, una cifra relevante. El equipo de personas que encontré sigue estando conmigo, tienen mucha experiencia y me fío de ellas. Yo he aportado mis competencias. No sabía hacer de empresario, pero siempre había trabajado para departamentos de operaciones y producción e intuí que la automatización y la integración de los sistemas informáticos podía ser la camino del éxito», precisa Lupi. Luego ha venido la industria 4.0, con ese empuje hacia la digitalización y a ampliar miras. La empresa sigue fabricando todavía piezas mecánicas de precisión por encargo: aún hoy la mayoría de productos requieren labores mecánicas, pero también una serie de operaciones adicionales de tratamiento, acabado y rectificación.  

La fuerza del equipo.
Más de cincuenta años de experiencia en trabajos de mecanizado, pero las personas siguen siendo el punto de partida, son las que marcan la diferencia. Tal vez es justamente ese el secreto básico del éxito de uno de los distritos más virtuosos del mundo, en este corazón del llamado ‘valle de los motores’ que late de pasión. La fuerza del equipo se ve reflejada también en la renovación de la marca. «Primamec nace junto a las personas que lo integran, en una lluvia de ideas. Su nombre es el resultado de una puesta en común. Ni siquiera era el que yo prefería, pero ahora me gusta mucho y se pronuncia bien en varios idiomas», precisa Lupi. El valor añadido se obtiene gracias a una red de proveedores especializados. Porque el producto se lleva a cabo internamente, pero luego son las empresas de integración vertical las que logran que sea de vanguardia en cuanto a tratamientos térmicos y a los acabados especiales. Son muchas y forman un ecosistema ganador, reticular. La labor de investigación está ligada al proceso, a la implementación idónea para el cliente. «No hay un modelo único para todos, a menudo nuestra actividad arranca precisamente con la involucración de los clientes, ya que el objetivo final es llegar a la producción de serie», dice Lupi. De ahí la fase de diseño conjunto, con momentos de intercambio de ideas entre los ingenieros de la empresa y los clientes para lograr la máxima eficiencia en la producción y reducir el coste del producto.  

La nueva idea de tornería.
Luego está la tornería, que es corazón de esta empresa: aquí hay más de dos mil artículos diferentes, para una treintena de clientes, y cada año se producen y mueven casi 10 millones de unidades. Una cifra relevante. Y sin embargo todo estriba en unos pocos segundos en el marco del ciclo de producción. Entran en juego los detalles relativos a la forma en que son manipuladas y cuidadas seguidamente cada una de estas piezas. «No hay una máquina que haga siempre las mismas cosas. Cada vez que se empieza una nueva producción, hay que ser capaces de normalizar el proceso como es debido en una evolución continua. Hoy todas nuestras máquinas están conectadas al sistema informático y disponen de un monitor de pantalla táctil a bordo para efectuar la programación y los chequeos. También hemos decidido aplicar la industria 4.0 en todas las máquinas de la empresa, incluidas las que tienen más de veinte años», precisa Lupi. Aquí lleva tiempo aplicándose un enfoque basado en las habilidades interpersonales, esenciales en el trabajo de preparación. Además hay un nuevo concepto de responsabilidades y liderazgo compartidos. Porque el modelo obsoleto de antes se centraba en la figura del jefe de departamento o jefe de producción, y hoy en cambio se trabaja en equipo. «A día de hoy, una de las habilidades interpersonales más importantes para nuestras personas es la capacidad de adaptación, que equivale a flexibilidad y que es lo contrario de la tornería, un ambiente donde suele haber reglas estrictas e hiperestructuradas», dice Lupi. En Primamec, pues, se trabaja de forma diferente. En una tornería, el componente tecnológico y el humano trabajan con sinergia, pero este último sigue siendo fundamental, pese a los intentos por incorporar la gestión de datos en un sistema complejo. Es la persona la que guía la máquina. Y más aún el equipo. Después de todo, las obras de arte, sin lugar a dudas, están hechas de detalles.

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