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FARE INSIEME - Ep. 44 - Twists Products y la empresa de familia heredera de la tradición y hambrienta de innovación

«Custodiamos el pasado, mirando al futuro»

14/04/2022

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Fueron de los primeros en introducir en Italia las patatas fritas americanas y hoy son los depositarios de la receta original de Chiacchiere Salate (bocadillo salado), un producto de la tradición de Bolonia y Ferrara. Desde Toscanella di Dozza, una historia golosa de Twists Products. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Rita Carmonini, cogerente de Twists Products

di Giampaolo Colletti
@gpcolletti

Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero

Pensándolo bien, los Estados Unidos están más cerca de lo que pudiera parecer. Por lo menos así fue para dos muchachos que, en los años cincuenta, decidieron crear desde cero una empresa con la mirada puesta en el mundo de la bandera de barras y estrellas, manteniendo, no obstante, unos fuertes lazos con su amada región de Emilia-Romaña. Inspirándose en las patatas fritas vendidas en bolsas de plástico en los Estados Unidos, los dos empezaron a vender chips también en Italia. Y fue un éxito arrollador. Aquella empresa adoptó un nombre que remitía al país americano. Así fue como nació, en 1965, Twists Products. «Mi padre y mi tío, fundadores de la empresa, decidieron no quedarse en aquella idea estadounidense. Así, tras heredar de un panadero de Ferrara la receta de Chiacchiere Salate (‘chiacchiere’ – literalmente ‘chácharas’ o ‘chismes’ – son una fruta de sartén normalmente dulce, típica de carnaval, pero en este caso salada y con una masa distinta; n.d.t.), un producto de la tradición de Emilia-Romaña de principios del siglo XX, y empezaron a distribuirlas como tentempié. Por entonces, las Chiacchiere Salate solo podían encontrarse en las panaderías y se vendían al peso. Ahí es donde empezó la historia empresarial de nuestra familia», cuenta Rita Carmonini, quien entró a formar parte de la empresa al terminar sus estudios y hoy es cogerente de Twists Products, única sociedad que produce Chiacchiere Salate en todo el territorio nacional. La empresa, que todavía sigue un proceso de elaboración artesanal, está capitaneada por la segunda generación de la familia Carmonini: además de Rita, están sus hermanos Alessandro y Lorenzo. En el trabajo, hacen de todo y a la perfección: son amasadores, freidores, comerciales, empaquetadores y, sobre todo, herederos de una tradición. Una receta secreta que se ha ido transmitiendo a lo largo de los siglos. «Al fin y al cabo, las Chiacchiere de la tradición boloñesa y ferraresa habrían dejado de existir, excepto por algún que otro viejo panadero. La receta sigue siendo sencilla aún hoy, con unos ingredientes genuinos, a base de la masa del pan y libre de conservantes, colorantes y aditivos. Es el motivo por el que no tenemos mucho almacén. Si llega un pedido, apagamos los ordenadores y ponemos en marcha la cadena de producción, con unos plazos de entrega muy breves», precisa Carmonini. El resultado es un producto sano, genuino y buenísimo.  

A lo largo de la Vía Emilia.
Nos hallamos en Toscanella, única pedanía de Dozza, con cuatro mil habitantes, y burgo medieval del extrarradio de Bolonia, uno de los más bellos de Italia, a seis kilómetros de Ímola, sobre la cima de una colina que domina el valle del río Sellustra y desciende hacia la Vía Emilia. Y es precisamente la Vía Emilia, esa encrucijada comercial, lo que caracteriza Dozza y su pedanía Toscanella. El territorio de las Chiacchiere Salate abarca justamente las provincias de Bolonia y Ferrara: se hacían en los hornos de panadería con las sobras de la masa del pan. En fin, que se hacían con lo que quedaba por ahí, dejándolo que fermentara hasta alcanzar las veinte horas de fermentación. Entonces la masa se cortaba en pequeños trocitos y se freía. Así es como nacieron las Chiacchiere Salate, que no hay que confundir con el dulce de carnaval, y no solo porque estas se coman todo el año. «A lo largo del tiempo, la receta no ha sufrido cambio alguno: nuestro método de producción artesanal sigue ajustándose a los tiempos de fermentación natural de la masa, sin aditivos ni conservantes. Creemos firmemente en lo que hacemos y, con los años, hemos invertido en nuestro negocio», precisa Carmonini. Por lo que respecta a la producción, la empresa se ha dotado de nuevas instalaciones y en 2021 ha adquirido también una nueva máquina de envasado. Luego está la inversión en márketing, con nuevos envases con los que comunicar a los clientes las características del producto, pero también los valores de la empresa. «Hemos creado también un sitio web para dar a conocer nuestra historia y proporcionar más información sobre nuestros productos. Hemos entrado en las redes sociales y estamos intentando desarrollar una red comercial», dice Carmonini. Twists está presente en el centro y norte de Italia, en los canales de la gran distribución y HORECA.  

La llegada de Fantapiada.
En la cocina de Twists se hornean también nuevas ideas, que luego se convierten en productos para comercializar. En el último año ha nacido Fantapiada, que recuerda inevitablemente a la piadina, icono de Emilia-Romaña, pero no es una piadina.«Surgió de una idea nuestra, entró en el mercado en septiembre de 2021 y nos está aportando muchas satisfacciones. Es una novedad en el mundo de los tentempiés: en cuanto a originalidad, no hay en el mercado un producto igual», dice con orgullo Carmonini. La interpretación de la tradicional piadina de Emilia-Romaña sigue viva bajo el signo de la artesanía alimentaria y de la calidad. Tiene la fragancia de una galleta salada, la forma redonda de una piadina y el placer de una patata frita. El producto se presenta en forma de rodajas redondas y crujientes, pasadas por el horno y fritas, sin colorantes ni aceite de palma. Está disponible en formato de 120 gramos y amplía la familia de nuestros tentempiés. Para el futuro, pensamos en nuevos productos, pero que reflejen la filosofía de la empresa, con el localismo por bandera. «Ha habido años en los que el volumen de ventas ha bajado, pero hemos creído en el producto, hemos invertido y nos hemos vuelto a levantar. Hoy, en la incertidumbre general, es difícil hacer previsiones, pero creemos que los consumidores están orientando sus preferencias hacia productos artesanales y de calidad. Se acabó la época de la relación inmediata con el cliente final. Con el sitio web y las redes sociales, podemos dialogar directamente con el consumidor y así la relación se fortalece», concluye Carmonini. Ahora se empieza a exportar a algunos países, sobre todo Alemania. Como reza el modismo italiano, le chiacchiere stanno a zero, o sea: no hay chácharas que valgan (excepto las saladas, las Chiacchiere Salate, que vuelan por todo el mundo).

https://podcast.confindustriaemilia.it/

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