En Zola Pedrosa, en la provincia de Bolonia, existe una empresa de limpieza que con los años se ha convertido en una excelencia en gestión de instalaciones y logística integrada. En ella trabajan 450 personas, con un volumen de negocio consolidado de 12 millones de euros. Desde la región de Emilia Romaña, con la mirada puesta en Milán y Florencia. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Flavio Guastaferro, director ejecutivo de La Petroniana
di Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
Quien se para está perdido. Porque hoy, para emprender,
hay que tener la cabeza en su sitio, un corazón que lata fuerte por los nuevos
proyectos que haya que afrontar y los oídos bien abiertos para captar las
evoluciones del mercado, esas señales débiles que acaban haciéndose cada vez
más fuertes. Pensad, por ejemplo, en la revolución copernicana que ha
experimentado con los años el sector de la limpieza y la higienización, también
por la emergencia que ha supuesto esta pandemia que sigue sin desaparecer del
todo. Sin tener los oídos bien abiertos, no habría sido posible hacer frente a
las dificultades y aprovechar las oportunidades. Bien lo sabe Flavio
Guastafierro, director ejecutivo de La Petroniana, una empresa boloñesa que
precisamente en este 2022 cumple cuarenta años. «Nacimos como una simple
empresa de limpieza entre finales de los años setenta y principios de los
ochenta gracias a mi madre, Maria Santucci, y a mi padre, Vincenzo Guastafierro.
Mis padres hoy ya no están, pero su visión se ha mantenido intacta. Luego, con
el paso del tiempo, también hemos sabido reinventarnos, manteniendo el ADN
inicial y añadiendo piezas al nuevo mosaico porque el mundo en el que nos
desenvolvemos es cada vez más complejo. Mi padre, nacido en Salerno pero
boloñés de adopción, siempre prestó mucha atención a la innovación en la
maquinaria adoptada, en los productos adquiridos, en la formación que
impartíamos a nuestro personal. Hemos sido una de las primeras empresas en
utilizar maquinaria de alta tecnología y alto rendimiento en Italia», cuenta
Guastafierro. Hoy La Petroniana se define como una people company, una empresa de personas. «Porque dirigimos la
atención principalmente a las personas. Está el personal interno, que es, pues,
nuestra familia extendida. Y luego están los clientes. Sus solicitudes han ido
evolucionando con el tiempo, sobre todo en esta fase de emergencia. Al
principio, inevitablemente, nos costó comprender el nuevo contexto porque nadie
sabía cómo gestionar la situación. Pero después la clave ganadora ha sido
trabajar junto a nuestros clientes, utilizando estudios médicos e
investigaciones para entender cómo optimizar la higienización y apostando por
el trabajo en equipo», recuerda Guastafierro. Así es, el equipo. En esta
empresa de la provincia de Bolonia trabajan 450 personas, con un volumen de
negocios de 12 millones de euros en 2021 y una previsión de 14 millones para 2022.
Más
empresas, una visión, tantos clientes. Nos hallamos en Zola Pedrosa, una ciudad de 20 mil
habitantes en el área metropolitana de Bolonia. Pero desde aquí la mirada está
puesta en Milán. Y hacia el oeste, en Prato y Florencia. En 2019, además de las
labores, ya variadas, de gestión de instalaciones, se añade la de la logística.
Objetivo: ofrecer a los clientes un servicio aún más completo. Más empresas, una
visión, tantos clientes: en el fondo, es esta la clave para comprender la
transformación. Hoy el
grupo está formado por dos empresas: La Petroniana, con sede central en Bolonia
y una sucursal en Milán, y Petroniana Logistics, creada junto a otros dos
socios, Carlo Fancinelli y Paride Cinieri. Una empresa emergente que
cuenta ya con un resultado importante: el rescate de una cooperativa local
especializada en portes, la Intercoser. «Trabajamos para empresas medianas y
grandes que requieren calidad y flexibilidad operativa como valor añadido, pero
hemos decidido ampliar horizontes: así es como surgió la idea de ayudar mayormente
a nuestros clientes en la gestión de las instalaciones de inmuebles, desde la
parte de mecánica hasta la parte eléctrica. Después de todo, los edificios han
de ser gestionados por alguien de confianza, y ahí es donde hemos entrado
nosotros. La seguridad, hoy día, es algo muy delicado, que hay que cuidar a la
perfección. Además de la gestión directa de los almacenes de las empresas, nos
encargamos de la carga y descarga de los embalajes: tenemos más de 150 personas
que se ocupan de los clientes en toda la región», dice Guastafierro.
Nunca
estancarse, formarse continuamente. A primera vista puede parecer un eslogan, pero
en el fondo, toda la actividad de La Petroniana se centra en la formación
continua y transversal. Porque en realidad el aspecto formativo juega un papel
fundamental para poder lograr los objetivos y mantener un nivel alto de calidad.
«El plan de formación continua concierne a todo el personal: está la parte de
formación relacionada con las actividades de limpieza y la dirigida a todos los
demás sectores, pero en lo que más se centra la atención es en la seguridad
laboral. La impartimos para todas las figuras laborales de la empresa
involucradas y esenciales para nosotros y para los clientes. Es algo básico en
el pacto de confianza», concluye Guastafierro. La confianza, pues, ese valioso
tesoro hecho de relaciones que solo las empresas dotadas de la sabiduría que
aporta la experiencia saben proteger e incrementar.
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