Flexibilidad y dinamismo de artesanos, pero con los números de una empresa consolidada. Esta es la historia de Logimatic, empresa boloñesa con 32 millones de euros de volumen de negocio. «Todo lo que tenemos en casa pasa por las máquinas automáticas. Los talleres mecánicos ya no son tétricos como hace veinte años, sino que están llenos de tecnologías. Para FARE INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Andrea Zaccari, director ejecutivo de Logimatic srl.
di Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
En un mar en tempestad nunca hay que quedarse quietos. Esta es la estrategia ganadora del marinero. Fácil de decir, pero no de hacer. Porque cuando te encuentras en medio de una tempestad, se tiende a bloquearse. Es el instinto natural. Pero el mercado requiere siempre y de forma obsesiva una cosa: cambiar. La que vamos a contar es una historia de transformación que parte de las personas, abarca una comunidad e implica tecnologías y productos innovadores. Así nace en el lejano 2004 Logimatic, sociedad de servicios de producción para la industria mecánica, especializada en la construcción de máquinas automáticas por cuenta ajena. Se trata de productos de alta tecnología e hiperespecializados entregados llave en mano. Porque estos fuera de serie de la industria mecánica son capaces de producir una máquina desde cero encargándose del montaje mecánico, del cableado eléctrico, de la instalación del software y pensando también en la prueba. El equipo gestiona una cadena de competencias corta y cohesionada. Hoy, Logimatic registra 32 millones de euros de volumen de negocio y cuenta con 85 empleados. La sede central es una joya de alta tecnología que también integra el cuidado del medioambiente. Nos encontramos en Ozzano dell’Emilia, localidad de quince mil habitantes del área metropolitana de Bolonia y centro neurálgico de ese packaging valley conocido a nivel mundial, «Nuestro ADN es una secuencia molecular que comprende varias partes: profesionalidad, integridad, capacidad de relacionarse con las diferentes incógnitas del mercado, adaptarse a las necesidades en un contexto de cambio», cuenta Andrea Zaccari, director ejecutivo de Logimatic, de 49 años, nacido en Bolonia y formado en ese laboratorio escolar que forja la excelencia y del que, durante décadas, han salido valientes capitanes, es decir, el Istituto Aldini Valeriani. «La verdad es que no era un gran técnico, así que comencé a tejer relaciones industriales y a soñar a lo grande», recuerda Zaccari.
Cambiar para destacar. Todo aquello que tenemos en casa pasa por una máquina automática. Lo saben bien en Logimatic. Su primera máquina automática producida por encargo de IMA SPA servía para confeccionar las bolsitas de té, pero el mayor reto fue el de realizar en plena pandemia 70 máquinas para embolsar las mascarillas para Protección Civil. De hecho, Logimatic es la representación plástica de cómo con perseverancia, coraje, determinación y pasión se puede innovar. Y en este caso, la brújula siempre está orientada al cambio. «No podemos quedarnos fijos en nuestras propias ideas que se convierten en convicciones, sino que se debe modificar la propia estructura a lo largo del tiempo, adaptándola a las necesidades del mercado. Nosotros lo hemos hecho más veces», precisa Zaccari. En el fondo, este «superpoder» de adaptarse se encuentra en la evolución profesional de las personas que componen el equipo. Antes solo había ensambladores de componentes mecánicos, después el mercado requirió una profesionalidad más amplia y ligada a la producción: de esta forma se estructuró una red de subcontratación interna. «Ya no es posible hacer las cosas sencillas en un tiempo prolongado. Hay una complejidad del contexto. Es por ello que hoy hacemos las cosas más difíciles en tiempos más breves. La clave es adaptar la cadena de suministro a la resolución de problemas», dice Zaccari. En la parte productiva trabajan codo a codo ingenieros de gestión y peritos mecánicos porque —como reitera Zaccari— no se debe perder nunca el contacto con el producto. Además, se forma, implica e incluso se mima a las personas. «Son el recurso más valioso de una empresa. Aquí entran desde los estudios secundarios superiores. Es una forma de acercarlos a nuestro mundo. El nuestro es el trabajo más bonito del mundo. Los talleres mecánicos ya no son tétricos como hace veinte años, sino que están repletos de nuevas tecnologías», dice con orgullo Zaccari. La actual Logimatic nació de una pequeña empresa artesana especializada en el montaje y en la revisión de máquinas automáticas. Flexibilidad y dinamismo de artesanos, pero con los números de una empresa. Un equilibrio difícil de alcanzar. Pero aquí lo extraordinario se convierte de verdad en algo de serie. Por otra parte, la empresa hereda unas competencias que tienen más de cuarenta años, pero aporta la visión ágil y flexible de un mercado en continua transformación. De esta forma, registra un crecimiento exponencial que lleva a un aumento significativo del número de recursos con una edad media alrededor de 35 años, formados en el concepto fundamental del cambio: se puede hacer.
Espacios sostenibles y de alta tecnología. De las personas a los espacios. Estos también se multiplican, como signo de la tecnología y de la sostenibilidad. El edificio se extiende sobre 12 000 metros cuadrados, 7 000 de ellos destinados al ensamblaje mecánico y más de 4 000 al almacenaje de los materiales. Todo ello permite llevar a cabo 100 000 horas de ensamblaje mecánico al año y realizar más de 400 000 movimientos de almacén al año. De esta manera, el almacén se convierte en un eje centralizado capaz de suministrar a todos los departamentos de producción del grupo. Y en la sede se encuentran diez columnas de carga rápida para vehículos eléctricos. También está la energía limpia que llega desde los 644 paneles fotovoltáicos instalados y que solo en 2021 produjeron 250 000 kWh, aproximadamente un cuarto del consumo energético total de la empresa. «Hemos tratado de informatizar e industrializar los procesos, poniendo a trabajar juntas a las mentes jóvenes y a aquellos que con los años han adquirido competencia y profesionalidad. Hemos tratado de integrar un sistema de gestión que tiende a ser rígido, haciéndolo flexible, también gracias a las tecnologías evolucionadas», precisa Zaccari. Intuiciones que se hacen escalables. También lo decía Henry Ford: «Tener una idea es algo positivo, pero es aún mejor saber como sacarla adelante».
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