Fueron los primeros en abrir las puertas a
los productos biológicos en Italia hace nada menos que cuarenta años, cuando no
se hablaba de ello en absoluto. Retrato de Sarchio, que en 1982, en Carpi,
decidió apostar por los alimentos sanos y naturales, sin colorantes ni
conservantes y libres de aditivos químicos. Y sobre todo biológicos. Para FARE
INSIEME, Giampaolo Colletti entrevista a Cesare Roberto, presidente de Sarchio
de Giampaolo Colletti
@gpcolletti
Photocredit: Giacomo Maestri e Francesca Aufiero
“Olvidar cómo sachar la tierra y cuidar el
terreno es como olvidarse de sí mismos”. Lo repetía como un mantra Shunryū
Suzuki, monje y maestro Sōtō Zen, fundador del primer monasterio zen fuera de
Asia. Y ese pensamiento encierra la idea de memoria, espera, cuidados, pero
también el trabajo en los campos, que conlleva sudor y satisfacción. O sea,
hacer las cosas bien. En el fondo, en la historia que estamos a punto de contar
hay de todo eso. El trabajo en los campos se ve en el nombre mismo de esta
empresa, que con los años se ha convertido en la brújula con la que orientar el
consumo sostenible y biológico, porque en las reminiscencias de la palabra
italiana sarchio (en español: la
azada), un escardador de madera y hierro con cuchillas levemente curvadas, muy
extendido como herramienta de labranza en agricultura, se anida la identidad
misma de la empresa: Sachar, esto es, labrar el terreno eliminando las malas
hierbas y acollando las plantas, recubrir las semillas, ocuparse de la tierra
y, en el fondo, de nosotros mismos. La denominación de la empresa ha evolucionado
con el tiempo: al principio se llamaba “La sagra del contadino” (festival del
campesino), por un cuadro del pintor emiliano Brenno Benatti, en el que se
representa una hacienda con un campesino que remueve la tierra utilizando
precisamente la azada.
Historia
de pioneros. Todo empezó en el lejano 1982, con esa sana obsesión de proponer
alimentos sanos y naturales, sin colorantes ni conservantes y libres de
aditivos de origen sintético. Es más: alimentos biológicos. Y hay que entender
que por aquel entonces hablar de productos biológicos en Italia y en el mundo
podía parecer bastante raro. Nos hallamos en Carpi, el más poblado de los
municipios de la provincia de Módena. Una tierra habitada por grandes
trabajadores con brillantes intuiciones. Una tierra de pioneros, como narra la
historia de Sarchio. «Somos uno de los pioneros de los productos biológicos en
Italia. Nuestra fortaleza es la producción, que está basada en una minuciosa
selección de las mejores materias primas. Las recetas se desarrollan utilizando
solo pocos y simples ingredientes para crear alimentos genuinos», afirma Cesare
Roberto, presidente de Sarchio. Así pues, la empresa ha trabajado para obtener
la certificación de los estándares y para promover una narrativa empresarial
que pusiera de relieve el valor de los productos, introduciendo en los envases
una información clara y explicativa. «En cuarenta años, hemos pasado a cubrir
del 0 al 4 % del consumo de alimentos. Este año es nuestro cuarenta
aniversario. Como decimos nosotros, somos pioneros de una alimentación sana y
libre de productos químicos de origen sintético a nivel alimentario. Esto
conlleva tomar decisiones de largo alcance. En nuestros comienzos, parecía que
en el mundo no podía crearse nada que no estuviera hecho con productos químicos
sintetizados en laboratorio. Y sin
embargo...», afirma Roberto. Y es exactamente en ese ‘y sin embargo’ donde reside la idea de recorrer sendas aún por
explorar, con valor, audacia, a veces con inconsciencia. Pero el tiempo le ha
dado la razón a la que es una empresa de excelencia de la zona de Carpi. En la
actualidad, registra un volumen de negocio de 18 millones de euros y cuenta con
una plantilla de 66 personas. De Carpi al resto del mundo: en España tiene una
sucursal creada en 2014; pero también está presente en otros países de Europa y
Oriente Medio. En octubre de 2021 tuvo lugar la adquisición de Vital Nature
Spa, una empresa histórica de Módena especializada en la comercialización de
alimentos biológicos. «En el sector de los productos biológicos todo va en
función de las mejoras. Se mueve bajo el signo del respeto por la tierra y el
medioambiente. Hoy se ven los límites de las decisiones descabelladas que se
han tomado hasta la fecha en materia de productos biológicos y uso de sustancias
químicas de origen sintético. En nuestros comienzos, íbamos contracorriente
respecto a las preferencias de los consumidores. Éramos casi unos alienígenas.
Y éramos conscientes de ello. Era difícil transmitir el valor de los productos
biológicos, defender con argumentos ese posicionamiento, pero sabíamos que
teníamos la razón de nuestra parte, porque sabíamos que la agricultura
biológica era la única sostenible para el medioambiente, pese a no estar
respaldada en aquella época ni por las decisiones de compra ni por las
legislativas», dice Roberto. Una empresa de récords: en 2006 obtuvo la
autorización para producir alimentos ecológicos y sin gluten por parte del
Ministerio de Sanidad italiano, siendo la primera empresa del país en
conseguirlo.
El terremoto y la ampliación de la planta. En 2017, a la sede histórica,
de casi 3000 metros cuadrados, se sumó un nuevo centro: más de 6000 metros
cuadrados repartidos en tres plantas de producción con el fin de ampliar las
líneas a nueve, con talleres dedicados exclusivamente a los alimentos sin
gluten para gestionar aún mejor el procesado en cuanto a seguridad. La decisión de construir una nueva “casa
Sarchio” vino determinada también por el terremoto de 2012, que dañó las oficinas
de siempre, obligando al personal a trabajar durante un largo periodo en
contenedores. Pero es ante las dificultades donde sale a relucir el
temperamento emiliano, ese espíritu que marca la diferencia. «Nos bastó un
cruce de miradas para ponernos manos a la obra. Hoy el nuevo centro de producción
constituye un ejemplo concreto de eficiencia energética de bajo impacto
medioambiental. Está diseñado para garantizar la máxima seguridad y el completo
bienestar de nuestra plantilla», dice Roberto. Nace así la idea del área verde
eco: aquí se cultivan flores, árboles frutales y hortalizas que están a
disposición de nuestras empleadas y empleados. Desde los alimentos típicos de
la cocina tradicional italiana hasta llegar a los más innovadores, con una
atención especial a los productos sin gluten y veganos. Más de 170 productos
biológicos vendidos principalmente en los puntos de venta de todas las grandes
distribuidoras. Estar siempre a la escucha del mercado, con nuevas propuestas
ligadas, además, a la evolución de los tiempos. «Pero nosotros seguimos
invirtiendo en lo que nos ha hecho crecer. Los productos biológicos son nuestra
brújula», concluye Roberto. En el fondo, es como dice ese aforismo de Shunryū
Suzuki: “Nuestra tendencia es interesarnos por algo que crece en el jardín, no
en la tierra desnuda, pero si quieres tener una buena cosecha, lo más
importante es lograr que el terreno sea fértil y cultivarlo bien”.
https://podcast.confindustriaemilia.it/
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