"Tal vez no sea el mejor momento para recibir un halago así, pero que se nos cuente entre las excelencias de Módena es para mí un gran honor". La situación general no da lugar a la efusividad, pero a pesar de la cuarentena, existencial y productiva, Gianmarco Messori no pierde el buen humor. "Gentleman", la publicación mensual de Milano Finanza, en su número de abril, le dedica dos páginas que son un canto a la creatividad y a la elegancia de su sastrería.
"Cada una de mis prendas para mí constituye siempre un elogio a la tradición, con el que intento valorizar el made in Italy, el auténtico gran lujo de nuestro país", sigue afirmando el gerente de la empresa. "Por este motivo, ver el reconocimiento a mi trabajo me hace sentir muy orgulloso. Gracias, Gentleman. No os quepa duda que yo y mis colaboradores seguiremos al pie del cañón".
Los días pasan con lentitud, pero Gianmarco Messori ha encontrado una manera de obviar la aparente fijeza de este no-tiempo. "El contacto con mis clientes y los viajes al extranjero son la sal de mi día a día y los echo mucho de menos. Pero en este momento hay que hacer de la necesidad virtud: las redes sociales son mis ojos, mis brazos y mi boca hacia el mundo".
En Facebook, desde que empezó la pandemia, Gianmarco ha ofrecido ya a sus seguidores 4 píldoras en vídeo como arbiter elegantiarum. El nudo tridimensional de la corbata, el bolso de mano, el uso de los gemelos: cada consejo es un condensado de elegancia y tendencia. No más de 30 segundos, ajustándose a la velocidad del canal y de sus frecuentadores.
La carta en la que Giorgio Armani se desahoga, enviada a la revista de sector Women’s Wear Daily, no ha pasado desapercibida, naturalmente. "Un tsunami, un puñetazo en el estómago al sistema de la moda; pero al mismo tiempo es oxígeno puro para quien quiere seguir usando la cabeza de manera libre y desinteresada", afirma Gianmarco Messori. "Giorgio Armani razona sobre las prioridades desde las que volver a empezar cuando la emergencia por coronavirus haya terminado. Es una carta que hay que leer y releer. El lujo carece de sentido desde que se ha entregado a los ritmos de la moda rápida y ha apostado solo por la cantidad. Tenemos que comprar menos y, en la medida de lo posible, comprar mejor. No veo por qué comprar pocas cosas, bellas y bien hechas, siguiendo el consejo de personas competentes, tiene que ser un tabú en 2020".
Messori fue fundada en 1976 en Fiorano Modenese, de manos de Lanfranco Messori y Germana Martinelli, quienes siempre han considerado el made in Italy como un valor indispensable que ofrecer a la clientela internacional. Una densa red de distribución del producto, la participación en las ferias de sector más importantes, los desfiles, las tiendas de marca exclusivas, son los valores básicos sobre los que la maison ha construido su reputación y fiabilidad.
