El plan estratégico industrial dePoggipolini, que lleva tres generaciones siendo una empresa referente en el diseño y fabricación de fijaciones especiales estampadas en caliente y en piezas mecánicas de elevada precisión, está en pleno desarrollo y aceleración.
El motor de cambio es el sector de la tornillería estampada en caliente, gracias a la experiencia adquirida en cuarenta años, primero en el sector de la Fórmula 1, los superautos y luego en aeronáutica, principalmente helicópteros y espacio. En los últimos seis años, la empresa ha desarrollado y patentado un nuevo proceso, llamado “High Speed Hot Forging”, para la producción, con gran rapidez y máxima eficiencia, de tornillos de titanio y de Inconel dirigidos al sector de los aviones comerciales y a los autos premium, un sector en el que la reducción del peso es fundamental. Este nuevo modo de producir tornillos estampados en caliente ofrece a los clientes la posibilidad de efectuar pedidos sin límites mínimos de cantidad, con garantías de un alto nivel de personalización y de tiempos rapidísimos de elaboración, pues permite llegar a producir hasta 100 tornillos por minuto, desde la materia prima hasta la entrega. Gracias a este proceso, Poggipolini introduce el concepto de producción por kits, y no solo por volúmenes. La capacidad de producción de una línea automatizada es de 10 millones de tornillos al año (hoy la empresa produce 1 millón aproximadamente), con todo digitalizado y proyectado para ser extendido de manera global, junto al cliente.
La nueva planta de 3.000 metros cuadrados , asentada sobre una superficie potencial de 20.000, se suma a la planta histórica y se halla en funcionamiento desde noviembre de 2019, estando también ubicada en San Lazzaro di Savena (provincia de Bolonia). Es una auténtica fábrica inteligente (Aerospace Centre of Excellence) y está diseñada para convertirse en el polo aeronáutico de la región de Reggio Emilia, centrado en proyectos de investigación y desarrollo, también en colaboración con clientes, empresas emergentes y universidades, y en la industrialización de sistemas complejos integrados verticalmente. La misión es llevar a sla empresa desde sectores con nichos muy reducidos y específicos, como la Fórmula 1 y los helicópteros, a otros sectores como los aviones comerciales o los coches premium, posicionándose como socio tecnológico y ofreciendo soluciones de valor añadido. Las nuevas tecnologías de proceso patentadas, que no afectan solamente al sector de la tornillería y pernería sino también al sector de los trabajos mecánicos de alta precisión, permitirán dar otro paso adelante fundamental. Se prevé un crecimiento orgánico en los próximos 5 años, aspirando a alcanzar un volumen de ventas de 50 millones de euros, con un plan de inversiones confirmado incluso para el periodo posCovid-19.
De ahí la decisión estratégica de abrir el capital de la empresa a la entrada del grupo Cherry Bay Capital, con perspectivas a largo plazo y conscientes del potencial tecnológico de la empresa. La entrada de Cherry Bay Capital en la estructura del capital, con una participación minoritaria, no ha sido una decisión dictada por la necesidad sino para poder acelerar de manera estratégica el plan industrial.
Desde 2010, Poggipolini lleva adelante una verdadera fase de transformación, transfiriendo la tecnología y el saber hacer acumulado en su sector tradicional, la Fórmula 1, hacia otros sectores, principalmente a la aeronáutica, la cual representa hoy el 60 % de su volumen de ventas. La empresa ha invertido el 40 % del volumen de 2019, y 15 millones de euros en los años anteriores, en tecnología, desarrollo de nuevos procesos, certificaciones, investigación y recursos humanos. Ha cerrado el primer cuatrimestre de 2020, a pesar de la emergencia por la Covid-19, con un incremento del 20% en las ventas, las cuales habían alcanzado ya en 2019 la cifra record de la empresa, con más de 15 millones de euros que suponen un crecimiento del 30 % respecto a 2018.
